SAGA FERRER-GUARDIA [II]: Lily Ferrer

La prole de los FG tuvo en Lily Ferrer-Guardia una de sus mejores exponentes. Hija mayor de Trini, librepensadora y militante anarquista, apareció en escena mediada la década de 1920, acompañando y luego sustituyendo a su madre en la defensa de la obra de FG en Francia.

Todo comenzó con una primera aparición conjunta en octubre de 1924, en donde fue ella quien habló en el acto organizado por el grupo Littre en memoria de su abuelo, donde entre otras cosas, recordó que Unamuno había justificando su ejecución con estas palabras..

“..sin que yo me pronuncie por la inocencia ni por la culpabilidad de Ferrer -aunque propenso a creer en esta última- debo decirle que es ridículo querer hacer con él poco menos que un genio. Fue en vida un hombre oscuro, de inteligencia mediocre, un obrero y un fanático..”¹.

Poco después, encontramos ya en solitario a la joven Lily Ferrer, a punto de cumplir 20 años, tomando parte activa del Congreso de la Unión Anarquista [UA] celebrado en París en noviembre de 1924.

Lily también estuvo presente en otro evento conmemorativo similar, celebrado esta vez en Pantin, justo un año después, actuando siempre en calidad de redactora de Le Libertaire y miembro del comité de propaganda de la UA.

Cabe añadir que eran tiempos en que la rivalidad entre comunistas y anarquistas estaba en todo lo alto, provocando por ejemplo un enfrentamiento violento el 11 de enero de 1924, durante una reunión en la Casa de los Sindicatos de París. Esta batalla campal se saldó con dos muertos del lado de los libertarios. Uno de ellos fue Adrien Poncet, miembro de la comisión de propaganda de la UA, al que habría sustituido Lily.

“..La injerencia de la política del Partido Comunista en la organización económica de los trabajadores, es un peligro desgraciadamente demasiado real para ser negado. Los principios mismos del sindicalismo estar en riesgo de caer bajo los golpes repetidos de los políticos del Partido Comunista Francés y de la Internacional Comunista..”².

Lily debió conocer entonces a Henry Georges Delecourt, veterano de la gran guerra y uno de los militantes anarquistas más destacados. Concretamente, había sido secretario de la UA desde 1920 y luego administrador de Le Libertaire desde diciembre de 1924, justo en el periodo en que el vocero del anarquismo parisino cubrió su última etapa como diario.

Este rotativo anarquista se había especialilzado en lanzar campañas de agitación en defensa de los revolucionarios represaliados, dedicando grandes esfuerzos editoriales a reunir las diferentes tendencias del anarquismo francés: anarco-sindicalistas, individualistas y comunistas libertarios.

“Fue Henri Delecourt, lider de los anarquistas de Paris, quien habló: «Advertimos a los Americanos que cosas muy serias sucederán si nuestros camaradas Sacco y Vanzetti, son ejecutados [..] Anarquistas de todas partes están muy agitados. Están dispuestos a emplear métodos expeditivos»..”³

Solidarios con los anarquistas represaliados de otros países o con los militantes asilados en Francia, al menos Delecourt contribuyó a la campaña de protesta por el procesamiento y asesinato de Sacco y Vanzetti.

Y en la misma línea, les encontramos luego vinculados a la campaña de solidaridad con los anarquistas españoles Durruti, Ascaso y Jover, firmando junto a Sebastián Faure y otros un manifiesto sobre la aceptación condicionada del ilegalismo, emitido en la primavera de 1926 por el llamado Comité Internacional anarquista de Defensa.

Una vez se consiguió evitar la extradición de Ascaso, Durruti y Jover, Trini y Delecourt decidieron mudarse a Seine-et-Oise, donde debió nacer su hij0 común, Georges, que venía a sumarse a una hija que ya tenía Lily.

“Aprobamos el Ilegalismo practicado por ciertos individuos quienes por su cuenta llevan a cabo ese tipo de actos con finalidades propagandísticas. [..] y después de llevar a término lo que llamamos la expropiación individual -preludio de la expropiación colectiva- dedican sus beneficios de sus actos a la propaganda”⁴.

Las noticias sobre la situación en España llegaban rápido a Francia y da la impresión que la matriarca de los Ferrer-Guardia estaba al tanto de todo ello, antes incluso de tomar la decisión de volver a Barcelona. Así se evidencia a través de la carta abierta remitida por Trini a la prensa peninsular en diciembre de 1930 y destinada a un destacado militar republicano; lo que la sitúa relacionada con las conspiraciones que se urdieron al final de la dictadura de Primo de Rivera, en las que también estuvo involucrada la propia Confederación Nacional del Trabajo [CNT].

“Mi padre murió, el alma serena imbuida del bello ideal que ustedes intentan realizar. Sabía que un día u otro España, mantenida voluntariamente en estado de semibarbarie, se levantaría para el progreso..”⁵

Trini se mudó a la península coincidiendo con la proclamación de la II República, siendo nombrada catedrática de francés de la Escuela del Trabajo de Barcelona, la cual sería transformada durante la guerra en Universidad Industrial. A su vez, centraría sus esfuerzos en trasladar la impronta del proyecto ferrerista tanto al programa educativo laico que inauguraba la II República, como al campo de la pedagogía anarquista, por ejemplo colaborando en numerosas actos de propaganda racionalista en territorio catalán.

“Segueix encara a l’Escola del Treballl, la senyora o senyoreta Ferrer Guardia [..] Explica algunes classes de Vocabulari francès dels oficis. La tal senyora o senyoreta du a la base de les sangs els ideals del seu pare. I ha cregut sempre que la manera mes eficaç de propàgar-los es practicar-los..”⁶.

Trini se nos muestra entregada en cuerpo y alma en esos primeros meses, después de casi 30 años de exilio voluntario; emprendiendo de inmediato una gira junto a significados militantes libertarios.

Así, a finales de mayo de 1931, la localizamos por primera vez en Barcelona, presidiendo un mitin convocado para tratar de reunir fondos y reabrir el primer Ateneo anarquista.

En estos actos se encargaba sobre todo de reivindicar de la figura y la obra de su padre, con frecuencia secundada por alguna de sus hijas, como por ejemplo en el que vemos en la imagen, que corresponde a uno de los primeros actos en honor de FG, celebrado el 20 de septiembre en el palacio de Proyecciones de Barcelona; al que sabemos que asistió Trini junto a Quico y Francesca Juana.

Dados los años de exilio que llevaba la familia Ferrer-Guardia, debemos ir con cuidado a la hora de identificar a los miembros de la saga que paraban entonces por Barcelona.

Por ejemplo, dado que fue Trini quien tomó la palabra en un acto en Igualada en junio de 1931, en el que se descubrió una placa en honor de Salvador Seguí, no parece probable que fuera Sol Ferrer, hermana pequeña de Trini, quien acompañara en mayo de 1931 a La Montseny y otros en una visita a Figols.

En cualquier caso, parece claro que fue Trini, quien primero se integró en el organigrama confederal reconstituido, llegando a presidir el mitin de apertura del congreso de la AIT celebrado en Barcelona, junto a Max Nettlau, en junio de 1931.

“..la fantasía popular asegura, que a los pocos días de haberse restaurado la República española, llegó al castillo de Montjuich una joven, que dijo ser hija de Francisco Ferrer. Llevaba consigo una corona de flores, y solicitó autorización para depositarla sobre el pedazo de tierra donde cayó, abatido por las balas del pelotón de ejecución, su padre..”⁷.

Lejos de permanecer en el pedestal simbólico en el que la quieren situar, o de amedrarse por las críticas surgidas en los medios libertarios tras aceptar concurrir en público con elementos políticos diversos, Trini y sus hijos se implicaron a fondo en la situación.

Prueba de elo es que ella fue una de las pocas personas autorizadas para estar presentes en el muelle de Barcelona en febrero de 1932, cuando zarpaba con rumbo a Guinea el vapor Buenos Aires, con más de un centenar de anarquistas y sindicalistas deportados por las autoridades.

También la situamos a finales de ese mismo año en el cementerio de Montjuich, durante la exhumación de los restos de su padre, trasladados a una tumba habilitada por el ayuntamiento, donde se evitaron los discursos y sólo Trini leyó unas cuartillas..

“..evocando la memoria de su padre Ferrer y Guardia y demandando a los presentes que recordaran sus enseñanzas, para que avanzando siempre por el camino del progreso, se pudiera evitar que fueran sacrificados otros Ferrers, defensores de los altos ideales de libertad..”⁸

A parte de la reivindicación pública de la figura de su padre, Trini trasladó a España su militancia laica y librepensadora, siendo miembro de la Agrupación de Maestros Laicos Históricos de Cataluña, que participó en la iniciativa legislativa para restituir derechos a estos docentes.

Además, en junio de 1934 fue una de las organizadoras y protagonista del congreso de Libre pensadores, que se desarrolló con gran aparato mediático en Barcelona, acudiendo al evento delegados de diversos países europeos y americanos.

“El miércoles, a las cinco de la tarde, los congresistas asistirán al acto de colocar la primera piedra al monumento a Francisco Ferrer y Guardia, que se erigirá en el Paseo del Puerto Franco, a la entrada del grupo de casas baratas que lleva el mismo nombre de Francisco Ferrer”⁹.

La crisis económica y política de los años del bienio negro también alcanzó a la familia de Trini, y 1935 fue un año especialmente duro, ya que a las dificultades económicas que atravesaban, se sumó el hecho que Francesca, quien aparece residiendo en Valencia, fue detenida a mediados de junio de ese año acusada de ser la compañera de un anarquista expropiador, y quien la prensa cita como Almaraz, y del que nada sabemos.

Ni que decir tiene que Trini acudió rauda en su ayuda, cuando hubo de esta causa en Valencia.

“Siguiendo con atención y clarividencia constantemente aumentadas, el aspecto y el carácter de l0s acontecimientos en curso hemos gradualmente adquirido la convicción de que no es únicamente ía suerte inmediata de la España obrera y campesina, la que va a decidirse, pero sí en breve plazo, el destino de los oprimidos y explotados del mundo..”¹⁰.

Después del 19 de julio de 1936, la relevancia de Trini y sus hijos no hizo sino aumentar, y en este punto reaparecería con fuerza Lily, directamente implicada en la llegada de los primeros antifascistas franceses, dispuestos a defender la revolución social en ciernes y a integrarse en la Columna Durruti [CD], cuya fama había traspasado fronteras.

De hecho, se calcula que de los 332 franceses que vinieron a España durante la guerra, 252 estuvieron en el frente. Y de esos 252 franceses integrados en diferentes unidades milicianas, se sabe que 151 se sumaron a la CD.

Más allá de los datos, los antifascistas franceses que cruzaron los Pirineos para combatir apenas sabían nada de España, a parte de Durruti, Ascaso y algún otro, solo. Se cuenta la anécdota de como los primeros voluntarios internacionales, al llegar a la frontera española, sin saber una palabra de castellano, muchos solo sabían decir.. Francisco Ferrer.

Pero la cosa no quedó en una simple anécdota, ya que podemos indicar la existencia de una relación directa entre la Familia Ferrer y los milicianos franceses y de otros países recién llegados a España, a quienes probablemente se redirigía a la oficina abierta por la Sección Francesa de la CNT en Barcelona desde finales de julio.

“..Los compañeros libertarios conocidos o que tenían relación se integraron en la centuria Montgon. Para alistarse en esta centuria, había que tener contactos personales, amistosos, fraternales o cartas de recomendación. Yo mismo, me había reencontrado en Montgon a un compañero italiano que lo había hecho a través de la hija de Francisco Ferrer..”¹¹

Testimonio algo confuso éste, que dejó el comunista francés y luego miliciano anarquista Georges Navel, quien rememoraba en este relato su breve paso por la Columna Ascaso.

La duda está en que, si bien facilitaba las señas de la calle de la Aviación, en Les Corts, pensamos que se refería a Quico, que se enroló incialmente en esa Columna y fue buen amigo de María Ascaso.

Además, el citado Louis Montgon, militaba en la UA desde los años 20 y sería uno de los encargados de coordinar desde Perpignan, durante toda la guerra, el flujo de materiales y milicianos desde Francia; una ayuda que en buena parte acabó llegando a los revolucionarios anarquistas del frente de Aragón, a través de la Sección Francesa de Barcelona.

Prueba de los vínculos de la CD con el movimiento anarquista francés y la relevancia que cobraron militantes de la UA como la propia Lily, fue que llegaron a constituirse a mediados de agosto como grupo, formado por unos 25 miembros; que luego crecieron hasta convertirse en Centuria a la que dieron el nombre de Sebastián Faure.

Desplazada en el frente de Aragón como miliciana sanitaria, Lily Ferrer tuvo la sensación, junto al resto de compañeras y compañeros de la Columna, de que su vida comenzaba de nuevo en ese mes de agosto de 1936, que todo cobraba sentido con cada palmo de terreno que recuperaban a los fascistas; más aun luchando al lado de un personaje como Buenaventura Durruti, que tanto valoraba el legado de Ferrer Guardia.

“Seis mujeres se ocupaban de la enfermería y de la cocina: Marthe, Madeleine, Simone, Augusta, Mimosa y Rosalia. [..] A excepción de Simone Weil que volvió a Francia, todas las otras se quedaron en España para siempre: Marthe, Mimosa y Augusta cayeron en Perdiguera”¹².

Sin embargo, la épica revolucionaria duró pocas semanas, y bien pronto comenzaron a padecer los rigores de la guerra, cuando no una falta casi total de medios imprescindibles para desempeñar las labores de asistencia médica en el frente.

En el Hospìtal de campaña que con grandes esfuerzos lograron habilitar en Bujaraloz, población que fue designada sede del cuartel general de la Columna Durruti, no solo atendían a los milicianos heridos o accidentados en combate, sino también a la población civil afectada por los combates, especialmente los bombardeos de la aviación alemana e italiana, que llegaba casi a diario desde Zaragoza, que se encontraba a tan solo 85 kilómetros.

“No sentía ya ninguna necesidad interior de participar en una guerra que no era ya, como me había parecido al principio, una guerra de campesinos hambrientos contra propietarios terratenientes y un clero cómplice de los propietarios, sino una guerra entre Rusia, Alemania e Italia.”¹³.

Sin embargo, a finales de agosto la situación se hacía insostenible por momentos y Lily decidió abandonar el frente y regresar a Barcelona, no solo forzada por algún tipo de enfermedad, sino también por la necesidad de hacerse cargo de sus hijos pequeños; Georges, y otra niña que suponemos nacida un poco antes antes.

Siguiendo los pasos de su madre, Lily no tardó en incorporarse a uno de los proyectos educativos más afines a su carácter que se habían puesto en marcha en Barcelona después del 19 de julio, sumándose al equipo de maestros y auxiliares sanitarios del antiguo y temido reformatorio para menores conocido como Asilo Durán.

Este edificio había sido incautado por las Juventudes Libertarias para ser convertido en un experimento de educación social de lo más innovador, dirigido en sus primeros meses José Riquer Palau. De hecho, en las llamadas Escuelas Racionalistas Pompeyo Gener, no solo trataron de desterrar las prácticas represivas propias de los curas que dirigieron el correccional durante décadas, sino que se implementaban todo el abanico de propuestas regeneradoras de educación integral que había desarrollado el movimiento libertario a partir de los postulados de Ferrer Guardia.

“En la lavandería encuentro a la hija de Ferrer, Trinidad Ferrer, que vino expresamente de Francia para alistarse al servicio de la República. [..] También es en este convento donde la nieta de Ferrer, enfermera del frente y a la que la anemia acababa de obligar a volver a Barcelona, me contó lo que vio..”¹⁴–

Las palabras de Lily, denunciando los horrores de la guerra, casi resultaron premonitorias; ya que pocas semanas después, 16 de octubre, serían capturadas, vejadas y fusiladas varias compañeras suyas, milicianas enfermeras integrantes del GI, quienes quedarían cercadas en la desgraciada acción de Perdiguera.

Entre ellas estaban la socialista alemana Augusta Marx, conocida por Trude, y probablemente la francesa Suzanne Hans. Así mismo, también cayeron al día siguiente las milicianas Juliette Baubard, Eugene Casteu y Georgette Kokoczinski, todas ellas francesas.

Desgraciadamente, estas circunstancias trágicas debieron de marcar el recorrido vital de Lily, que prácticamente desaparece de la escena pública, a excepción de su esporádica presencia en algún acto celebrado en recuerdo de su abuelo, aunque a veces se la confunde con su hermana Francesca.

“Acordarse de la vida combativa de nuestros ancestros revolucionarios, como fue la de Francisco Ferrer, es un estímulo para renovar nuestro esfuerzo. Ante sus sufrimientos, comprendemos lo duro que debemos luchar para conquistar el bienestar y la libertad, mostrando a sus verdugos que los sacrificios de esos que nos son tan queridos no fueron en vano..”¹⁵.

Por la información disponible, se deduciría que Lily y Trini siguieron ocupándose en labores socio-sanitarias en la rebautizada Casa de Juventud Pompeyo Gener, hasta que a comienzos de 1937 se vieron obligados a trasladadarse a Roses de Llobregat -San Feliu-, tras ser adjudicado el edificio de la calle Tuset al Consejo de Sanidad Militar.

Otra posibilidad que no ha de descartarse, es que Lily y su madre se sumaran al proyecto estrella del Comité por la España Libre, organismo constituido en París en octubre de 1936 bajo el impulso de la UA, más o menos coincidiendo con el viaje de Sebastian Faure al frente de Aragón.

Su tarea a lo largo de los 30 meses de guerra fue canalizar ayuda material y humana a la revolución española, y entre sus principales logros, establecer un complicado y extenso sistema de transporte, que incluía diferentes ciudades de toda Francia; y hasta un destacamento de la propia Centuria Sebastián Faure en Port Bou, integrado en el comité de control de la frontera.

Toda esta logística consiguió, además de hacer llegar comida, tabaco y ropa a los milicianos franceses en el frente, habilitar un par de colonias infantiles para huérfanos de la guerra en la retaguardia, para lo cual se escogió la población de Llança por su proximidad a la frontera.

De hecho, la primera en establecerse fue la Colonía Ascaso-Durruti en febrero de 1937, habilitada en un palacete en las afueras de la población -Can Marly-. Allí se llegaron a acoger hasta cerca de 300 niños y niñas, que desde octubre de 1937 quedaría bajo el auspicio de la sección francesa de Solidaridad Internacional Antifascista [SIA].

Cabe añadir que en esta colonia se ocuparon como auxiliares a lo largo de la guerra algunas familias de refugiados, entre ellas la propia María Ascaso; y que en esta misma población vivían los hijos José Ferrer-Guardia, que había fijado residencia allí en sus últimos años de vida.

En paralelo, sabemos que en los primeros meses de 1938 pudo ponerse en marcha, por fin, el segundo de los proyectos ideado por el Comité por la España Libre en aquella misma población ampurdanesa. Se trataba de una Granja-Escuela a la que dieron el nombre de Sebastian Faure.

Si bien no existen datos sobre su ubicación concreta, o del número de alumnos acogidos, al menos sabemos de su director, Félix Carrasquer, y que se inspiraba en la Escuela de Militantes de Aragón. Su objetivo último era, por tanto, formar a los futuros gestores de las colectividades, y entre sus métodos pedagógicos más destacados estaba el desarrollo de esmerados trabajos de impresión.

“Deben multiplicarse los centros locales de nuestra organización para asegurar a los milicianos y a las víctimas del fascismo toda la solidaridad que tienen el derecho a exigir de nosotros. Por doquier y en todo momento deben multuplicarse las iniciativas para recoger donaciones de víveres, ropa, medicamentos que permitan a nuestros camiones acercar la ayuda material imprescindible a nuestros hermanos de España..”¹⁶

Sea como fuese, aun les aguardaban golpes duros a la rama francesa de la Familia Ferrer-Guardia antes de que acabara aquella maldita guerra. Por ello, en el próximo apartado contaremos lo que le sucedió al pequeño Quico, que ofrece toda una lección histórica sobre la revolución española.

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