Ya en 1890 los oficiales barberos y peluqueros de Alicante comenzaron a hablar de la creación de la Sociedad de Socorros Mutuos1 que se concretó en 1893 y tomó el nombre de “La Unión”, sociedad de Socorros Mutuos del Gremio de Peluqueros y Barberos2. En 1898 tenía la sociedad un local propio –en la calle de Liorna3– y en los años en torno al nuevo siglo sus actividades consistían en la organización de becerradas y novilladas, veladas más o menos literarias y arriendo del Teatro Vico para allegar fondos para su caja de ayuda mutua4: el semanario socialista El Mundo Obrero les criticaba porque, en lugar de constituirse como sociedad de resistencia, se dedicaban a organizar corridas de toros5. En 1904 se trasladaron al Centro de Sociedades Obreras6. Únicamente en 1905 el gremio hizo una gestión cerca del Gobernador Civil para exigir el cumplimiento de la Ley de Descanso Dominical a algunos patronos7.

En 1909 tenemos noticia de otra becerrada benéfica organizada por “La Unión” y en 1911 se presentó al Gobierno Civil el reglamento de la Sociedad Obrera de Dependientes Barberos y Peluqueros para la defensa de sus intereses, lo que significaría la aparición de una nueva sociedad o la modificación de la antigua sociedad de Socorros mutuo en sindicato reivindicativo8. Creemos que se trataba de dos sociedades distintas, pues celebraban de forma separada la anual conmemoración de su fundación9. En ese mismo año de 1911, la Junta local de Reformas Sociales anuló un acuerdo entre patronos y obreros de las peluquerías sobre el horario de trabajo en domingos y días festivos, obligando a que se cumpliese “con exactitud” lo dispuesto en la Ley de Descanso Dominical10.

En 1913 encontramos a la Sociedad Obrera de Dependientes de Barberos y Peluqueros alojada en el Centro de Sociedades Obreras, aunque pasó luego a la Casa del Pueblo. En ese mismo año, presentaron los dependientes de barberías unas peticiones de mejoras a sus patronos: trabajar en invierno de ocho de la mañana a ocho de la tarde, con un descanso de hora y media para comer; y en verano, de siete de la mañana a nueve de la noche, con el mismo tiempo de descanso. Los patronos estudiaron esta propuesta -que indica que el horario laboral en este oficio tenía que ser superior a las doce horas- y acabaron por aceptarla, aunque se mantuvo en los días festivos el horario anterior, afectado por la Ley de Descanso Dominical11. A primeros de 1914, “La Obrera” denunciaba a través de la prensa el escaso jornal que ganaban los dependientes, en tanto que se enriquecían sus patronos, que se habían asociado para “mejor combatir las mejoras obtenidas por nosotros“, en especial en lo referente al nuevo horario12.

Entre tanto, “La Unión” seguía organizando sus becerradas y algunos bailes en la Sociedad Siglo XX, Según Emilio Requena, miembro entonces de la Juventud Socialista y presidente de la Sociedad Obrera, los organizadores de las becerradas y demás actos festivos eran algunos obreros no asociados que trataban de aprovechar en su beneficio el nombre de la sociedad obrera13. La Sociedad Obrera participó en la campaña contra la carestía de las subsistencias que se llevó a cabo en la Casa del Pueblo con anterioridad a agosto de 1917 y en algunos mítines en solidaridad con compañeros en huelga. En marzo de 1917 consiguieron un nuevo horario laboral -de siete de la mañana a ocho y media de la noche, con un tiempo para comer-, aunque al poco tiempo denunciaban en la prensa que algunos patronos cerraban más tarde, aprovechando la inercia o la cobardía de los trabajadores14.

De todos modos, la vida de la organización debía de ser bastante lánguida: en septiembre de 1918 se reorganizó, tras los acontecimientos del verano anterior15, su representante en el Consejo de delegados de la Casa del Pueblo era el sindicalista Ernesto Clavel y comenzaron las reuniones para tomar medidas ante la carestía de la vida. En noviembre la sociedad abrió una amnistía para reingresar en ella y en enero de 1919 convocaba una asamblea del oficio para estudiar “la organización o disolución de la Sociedad“. Debió de acordarse lo primero, pues en febrero presentaron una solicitud de aumento de salario que fue aceptada por los patronos, que subieron el precio de los servicios16. En marzo pidieron un salario mínimo de 4 pesetas para los oficiales y de 2’25 para los medio oficiales; los patronos no aceptaron y se declaró la huelga; al parecer, los obreros habían tenido que pedir ese aumento porque, al acrecentar los patronos los precios de los servicios, habían disminuido las propinas, Los huelguistas -aunque los dueños seguían trabajando -establecieron unos retenes improvisados en la Casa del Pueblo, en la calle Mayor y algunos barios extremos, con el cartel: “Para facilitar el servicio al público y recuperar fondos los huelguistas“, al tiempo que acudían a vapores y buques de vela para ofrecer sus servicios a las tripulaciones. El día 7 de marzo se entrevistaron patronos y obreros en el Círculo Unión Mercantil y se logró un acuerdo, favorable a los obreros, que ganarían a partir de entonces 15, 21 y 28 pesetas a la semana, según el establecimiento se encontrara en el exterior, interior o centro de la ciudad17. Casi inmediatamente después de logrado tal acuerdo, hubo intentos de algunos patronos por recuperar lo perdido.

A mediados de 1919, los barberos y peluqueros entraron en la dinámica impuesta por los sindicalistas en la Casa del Pueblo: en septiembre presentaron a sus patronos varias reivindicaciones -la jornada de ocho horas, el descanso dominical y un aumento salarial- que no fueron aceptada, sobre todo la referida al horario; los patronos se mostraban dispuestos a negociar un aumento de hasta el 50% de los salarios, pero no a reducir la jornada. Los obreros acordaron imponer un correctivo a todo asociados al que se le ocupasen las herramientas de trabajo, así como que los aprendices salieran de las barberías18; organizaron un mitin, al que asistieron seiscientas personas, para exponer sus peticiones y pedir el apoyo del resto de la clase obrera19; montaron unos locales provisionales en la Casa del Pueblo para resistir y ambas partes se acusaron de ejercer coacción sobre los que estaban dispuestos a a ceder: el Gobernador Civil amonesto a los patronos y ordenó la detención de dos obreros en aras, dijo, de la defensa de la libertad de trabajo20. A final de mes aumentaron las gestiones para resolver el conflicto y el día 30 se llegó a un acuerdo, tras haber sido puestos en libertad los dos detenidos y hacer ambas partes cedido algo en sus planteamientos iniciales21. Los dependientes no lograron su propósito de implantar la jornada de ocho horas. En noviembre de 1919, la Sociedad Obrera ingresaba en el Sindicato Único anarcosindicalista.

Tras la represión contra la CNT de primeros de 1920, los dependientes barberos y peluqueros volvieron caer en la inacción, de la que salieron a finales de 1922, cuando volvió a la legalidad la Federación Local de Sociedades Obreras. Aunque la prensa ofrece noticias algo contradictorias, los reorganizados dependientes solicitaron de nuevo la jornada de ocho horas que, al parecer, consiguieron “por ser legal“, a pesar de la resistencia que ofrecieron los patronos al renacer del sindicato obrero22. Tras la llegada de la Dictadura, la Sociedad de Barberos y peluqueros se reunía en la Casa del Pueblo, de nuevo controlada por los socialistas, para estudiar su forma de actuación23.

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NOTAS:

1El Alicantino, 2-VIII-1890.

2Reglamento de la Sociedad, de 1893, en la Biblioteca del Marqués del Bosch.

3La Correspondencia Alicantina, 13-III-1898.

4El Graduador, 16-IV-1898; La Unión Democrática, agosto de 1898 y 15-VII y 7-XI-1900.

5El Mundo Obrero, 26-VI-1904.

6La Opinión, 23-XI-1904.

7La Opinión, 11-I-1905.

8El Pueblo, 2-III-1911; Boletín Oficial de la Provincia, 29-I-1912.

9Diario de Alicante, 23-I-1912, habla de un banquete para celebrar el primer aniversario de la sociedad; El Correo, 12-VII1916, cita un reparto de limosna a los pobres para conmemorar el XXIII aniversario de “La Unión” de Barberos y Peluqueros.

10La Unión Democrática, 29-VI-1911.

11Periódico para Todos, 30-IX-1913; La Unión Democrática, 16-X-1913.

12Periódico para Todos y El Batallador, 24-I-1914.

13El Luchador, 2-IX-1916.

14Se impone ante las circunstancias actuales una inquebrantable unión” (El Luchador, 20-III y 15-V-1917).

15La mecha se prendió fuego el 1 de junio de 1917 y hoy nos toca el turno a nosotros“.

16El Luchador, 27-I y 17-II-1919.

17El Día, 14-III-1919, El Luchador, 15 y 18-III-1919; La Región y El Correo, 17-III-1919; y La Unión Democrática, 18 y 21-III-1919.

18La Región, 28-IX, 1 y 3-X-1919; El Luchador, 1-X-1919; El Día, 3-X-1919; Periódico para Todos, 4-X-1919.

19El Día, 7-X-1919. Los salarios solicitados eran de 40, 35 y 25 pesetas a la semana.

20El Luchador, 11, 18 y 21-X-1919; Diario de Alicante, 27-X-1919; El Día, 6 y 29-X-1919; El Correo, 7-X-1919.

21La Región, 28 y 30-X-1919; El Correo, 27-X-1919, y Reivindicación, 2-XI-1919.

22Periódico para Todos, 11 y 12-XII-1922; El Tiempo, 24 y 25-X-1922; El Luchador, 11-XII-1922.

23El Luchador, 14-XI-1923.

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