En 1910 el personal que trabajaba en esta fábrica de productos químicos y materias primas para abonos se afilió a “La Defensa”, que presidía el entonces concejal socialista Monserrate Valero, a quien parte de la prensa conservadora acusaría de excitar a los trabajadores y calificaría de “mangoneador”.1 La sociedad obrera ofició a la empresa poniendo de relieve que “la jornada de trabajo que se realiza en esa fábrica es muy excesiva”, el jornal muy exiguo y las condiciones higiénicas “nocivas para la salud”, por lo cual pedía un aumento de 35 céntimos al día para el personal fijo, 50 para los temporeros y 15 para los aprendices. La empresa contestó poniendo de manifiesto su extrañeza por el hecho de que los obreros acudiesen a “La Defensa” en lugar de tratar directamente con la dirección, asegurando que “la totalidad de nuestros obreros no trabajan aquí nunca más de 60 horas semanales” –aunque luego admitió que algunos trabajaban más, con un plus de jornal- y que ganaban, como mínimo, 2,25 pesetas, uno de los salarios más altos del ramo; la empresa amenazaba con emplear más máquinas si se encarecía la mano de obra y afirmaba que las condiciones higiénicas eran excelentes, trasmitiendo un informe del Inspector Provincial de Sanidad. Finalmente, el director, Román Casares, informaba de que los obreros gozaban de otras ventajas, como préstamos sin interés, socorros en caso de enfermedad, vejez o nacimiento de hijos.
“La Defensa” rebatió estos argumentos: remitieron certificación suscrita por los trabajadores, que concedían a la sociedad obrera su representación legal; negaban haber solicitado nada en relación con la jornada, que seguían considerando excesiva, pues era de diez horas diarias, cuando en fábricas similares se trabajaban ocho; afirmaban que los salarios eran más bajos que en otras fábricas, aunque comprendían que hubiese obreros dispuestos a trabajar por menos jornal, “seres humanos engendrados por el presente régimen social, que yendo tras la vida van en busca de la muerte”; aseguraban que si no se había mecanizado más la empresa era porque no interesaba a sus propietarios, no por consideraciones filantrópicas; señalaban diversas deficiencias en la higiene y salubridad de la fábrica y reiteraban su petición de aumento de salario, que la empresa rechazó por “no estimarlo justo ni conveniente”.
Los trabajadores de declararon entonces en huelga, apoyados por la Sociedad de Carreros “El Progreso”, aunque algunos obreros siguieron trabajando, protegidos por la fuerza pública, en tanto holgaban entre 200 y 200 operarios. Esto permitió al director general negar ante la Junta de Reformas Sociales la existencia del conflicto, pues solo había “abandono parcial del trabajo por determinado número de obreros”, al tiempo que afirmaba que él no podía tomar decisiones que dependían de la casa central de Barcelona. Tras la intervención del Gobernador Civil los obreros aceptaron volver al trabajo mientras se tomaban las decisiones pertinentes en Barcelona, manifestando incluso que se conformarían con que se les concediese parte de sus peticiones; la empresa insistió en no admitir imposiciones de obreros y en que los lugares de los huelguistas estaban ya ocupados por otros trabajadores. Cuando por fin volvieron al trabajo los obreros el día 3 de octubre se encontraron con una nota de la Cros en que se negaba a conceder ningún aumento y mantenía en sus puestos a los esquiroles, por lo que se reprodujo el conflicto2.
En 1913 se produjo una huelga en la fábrica Cross al solicitar los trabajadores cobrar los sábados, en lugar de los martes, como se venía haciendo3. En octubre de 1918, los albañiles que trabajaban en esta empresa se declararon en huelga al negarse el jefe de la misma a concederles la jornada de nueve horas, de la que ya disfrutaban el resto de los albañiles4.
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NOTAS:
1La Correspondencia Alicantina, 28-IX-1910, y El Correo, 1-X-1910.
2Diario de Alicante, 27-IX-1910, La Tarde y Eco de Levante, 29-IX-1910, La Voz de Alicante, 29 y 30-IX, 1 y 3-X-1910; Heraldo de Alicante, 29 y 30-IX-1910; y sobre todo, El Pueblo Republicano, 1 y 3-X-19190, en el que se reproducen las cartas cruzadas entre “La Defensa” y la dirección de la Cros.
3Periódico para Todos, 3-V y 24-VII-1913.