La actitud de los patronos ante esta avalancha de reivindicaciones obreras, forzada por la carestía de las subsistencias, era muy dispar, aunque predominaba, a lo largo de 1915, la voluntad negociadora. A finales de año, sin embargo, pareció cambiar esa actitud, según se desprende de un escrito que publicó la Sociedad de Hiladores Mecánicos “La Constancia”, que el 14 de diciembre presentó a la Real Fábrica de Paños una nueva tarifa para el oficio, que a la patronal no pareció ajustada a razón: “Evidentemente, no se ha inspirado (la tarifa) en miras de conciliación y concordia, defraudando así nuestros buenos propósitos para la prosperidad de la industria local y de todo el elemento obrero, y poniéndonos en el caso, por cierto, de hacer un alto en la marcha de amistad y armonía que para con todos ustedes había iniciado esta Junta Directiva, mediante la revisión de las actuales Tarifas de trabajo y de otras empresas aún de más importancia que sobre el tapete tenemos”. Como denunciaba “La Constancia”, los fabricantes aprovechaban el desacuerdo sobre una Tarifa que se presentaba como base de discusión, para desistir de la revisión de las tarifas de otros oficios, con la excusa de la intransigencia de los Hiladores, que aún siendo cierta, que no lo era, no tenía por qué implicar a los obreros de otros oficios1.
No sabemos a qué obedeció ese cambio de actitud, hacia una mayor beligerancia, de la clase patronal alcoyana, pero no debió de ser ajeno a la creciente fuerza de los sindicatos obreros. En efecto, a partir de la huelga de julio de 1915, se produjeron numerosas altas en las distintas sociedades obreras del Textil y, sobre todo, se acentuó la decadencia del influjo socialista y el auge de nuevas tácticas anarcosindicalistas entre el proletariado alcoyano: así, la Sociedad de Borreros y Tintoreros pasó del Centro de Sociedades Obreras “El Progreso”, controlado por, los socialistas, a la Federación del Arte Textil, que dirigían los anarquistas, y al poco tiempo, en una asamblea trataron la posibilidad de “darse de baja en la UGT”2. El influjo de la Federación del Arte Textil se extendía también por los pueblos de la comarca: la Sociedad de Hiladores Mecánicos “El Despertar” de Cocentaina negoció su ingreso en la Federación y los obreros textiles de Bocairent solían acudir, cuando allí había algún conflicto, a la misma Federación del Arte Textil3.
Los enfrentamiento entre socialistas y anarquistas eran ya importantes antes de la citada huelga de mediados de 1915, pero se agudizaron aún más en ella: según una fuente socialista4, anarquistas y republicanos habían calumniado a los socialistas por no tomar parte en la huelga e incluso se acusó de esquirol a un socialista, cuya actuación se justificaba en el hecho de ser “semanal”, o sea que “por sus características étnicas” (sic) -¿técnicas?-, estaba obligado a trabajar cuando le conviniera al patrono, “porque por algo éste le abona el jornal haya o no trabajo”. En realidad, y siempre según los socialistas, el origen de los enfrentamientos estaba en las interrupciones de los anarquistas en un mitin de los socialistas Virginia González y Saborit, por las cuales publicaron los socialistas un manifiesto, el 29 de marzo, retirándose de la vida política y dándose de baja en las Sociedades Obreras de la manufactura en lana. La Federación del Arte Textil, tras la huelga, envió a Alicante Obrero y a Solidaridad Obrera la siguiente nota: “En reunión celebrada el día 29 del pasado agosto por todas las entidades que pertenecen al Arte Textil, se acordó no dar ingreso a ningún socialista, por haber traicionado el último movimiento, dándose de baja cuando estalló la huelga”.
Estos enfrentamientos se producían también en el ámbito estatal, entre la Federación del Arte Textil y la Federación Nacional Fabril y Textil, que dirigían los socialistas. Así, la Federación Nacional publicó en El Socialista5 una nota en que recogía una propuesta de la Federación alcoyana de promover un paro general de todo el Arte Fabril ante la intransigencia patronal, alababa su energía y combatividad, pero consideraba inoportuno “lanzarse a la aventura de una huelga general de todo el ramo”. De este modo, a pesar de que se había acordado en un Congreso de la federación Nacional Fabril y Textil celebrado en Barcelona que el próximo Congreso se celebraría en Alcoi, la Federación se planteó a finales de año la conveniencia de llevar a la práctica ese acuerdo, alegando la situación periférica de Alcoi; en realidad, creemos, por las claras diferencias de táctica entre la Federación Nacional y la alcoyana6.
A primeros de 1916, la Federación del Arte Textil convocó un mitin en la Escuela de Párvulos para protestar contra la carestía de las subsistencias y apoyar una huelga en Barcelona: se acordó pedir, bajo la amenaza de huelga, una rebaja del 50% en el precio de las subsistencias y del 25% en los alquileres de vivienda, así como la libertad de los obreros detenidos en Barcelona7. Poco después, Antonio Iborra intervino, en representación de la Federación del Arte Textil, en un mitin anarquista celebrado en Alicante para protestar de los encarcelamientos de Barcelona y aseguró allí que “todos los partidos políticos son funestos para la nación, y en particular, para el obrero”8.
El 13 de febrero de 1916 celebró la Federación del Arte Textil una asamblea local, con delegados de todas las sociedades obreras del ramo. El primer punto del orden del Día planteaba la conveniencia o no de darse de baja en la Federación Nacional del Arte Textil y Fabril, vistas las diferencias de táctica: tras varias intervenciones se acordó por unanimidad seguir en ella, “pero protestar de la conducta observada por el Comité Nacional del Arte Textil y que sean dichos individuos sustituidos por otros”. El segundo punto, enviar uno o más delegados al III Congreso del Arte Textil, se dejó a la decisión del Comité. El tercer punto planteaba una interesante cuestión de estrategia sindical: “¿Sería de utilidad el formarse una federación local de todos los oficios?”, es decir, una especie de antecedente del Sindicato Único. Se acordó “trabajar dicho asunto hasta poder conseguir la federación, como en la actualidad se halla la manufactura en lana, y nombrar un comité, siendo autónomas ambas federaciones”. En el cuarto punto, se acordó nombrar una comisión de propaganda societaria por los pueblos limítrofes. El quinto planteaba si era conveniente reducir la jornada nocturna, “por ser ésta tan inhumana y exterminadora para la clase obrera”; se acordó, tras laborioso debate, presentar esa propuesta en el Congreso Nacional y solicitarlo en Alcoi “cuando las circunstancias lo permitan”. En el último punto se acordó que fuese órgano de la Federación un periódico que se mostraba dispuesta a lanzar la Sociedad de Hiladores Mecánicos. En los ruegos finales, hubo uno referente a la carestía de las subsistencias9. Como puede apreciarse, pese a seguir en la Federación Nacional, la Federación alcoyana acentuaba sus características sindicalistas.
Ante la presión de la carestía de las subsistencias –que llevó a la Real Fábrica de Paños, consciente del problema, a intentar organizar un economato, lo que provocó la protesta de los comerciantes10-, las sociedades obreras del textil alcoyano organizaron nuevos mítines –añadiendo siempre a sus reivindicaciones la excarcelación de los presos sociales y, en algunos casos, la protesta por la actuación de la fuerza pública en los conflictos laborales11– y solicitaron mejoras en sus condiciones de trabajo: así, los Borreros y Tintoreros obtuvieron algunos aumentos en marzo, los Aparejadores de Paños pidieron una reglamentación del oficio12 y los Hiladores Mecánicos preparaban nuevas peticiones. Pero a finales de marzo los “rameros” o secadores de paños, que eran unos cuatro o cinco por fábrica, solicitaron que se reglamentase su trabajo y su salario, como en el resto del textil. La Real Fábrica de Paños no accedió y el 26 de marzo de pusieron en huelga. En la fábrica de Desiderio Mataix los encargados hicieron el trabajo de los “rameros” y los demás obreros protestaron. Los patronos notificaron a las trabajadores que no fuesen a trabajar mientras durase la huelga porque “no están dispuestos a que se pierda el género” y así, dos días después de iniciarse esa huelga parcial de “rameros”, se encontraban en paro unos ocho mil trabajadores, la mayoría de la industria textil. Según otras fuentes periodísticas, el paro general se debió a la solidaridad del resto de los oficios con los “rameros”13.
Como el alcalde era patrono, se envió a negociar esta huelga o lock-out patronal14 al oficial del Gobierno Civil Pedro Tomás. La situación era tranquila, pese a las alarmistas informaciones de alguna prensa madrileña15. La propuesta de Pedro Tomás fue rechazada por los patronos y la huelga siguió, a mediados de abril. El día 16, incluso, la Asociación de San Jorge acordó aplazar las fiestas “por motivo del estado anormal en que se hallaba esta población por la huelga de todo el Arte Textil”16. Al fin, tras veintiún días de conflicto, se llegó a un acuerdo aceptado por ambas partes: los fabricantes habían amenazado antes con abrir las fábricas para que acudiera quien quisiese al trabajo y, de otro lado, se había producido también una huelga de carpinteros17.
Aún tuvieron lugar otros conflictos en 1916, pero de menor fuste: una huelga de Tejedores, de escasa duración, en mayo18; los aumentos conseguidos en julio por los Hiladores mecánicos, tras sus negociaciones con la Real Fábrica de Paños19; el paro que poco después protagonizaron Maquineros, Cardadores y Diableros en más de veinte fábricas, para solicitar aumento de salario: las gestiones del alcalde y del Gobernador Civil evitaron el paro general del Textil y los huelguistas volvieron al trabajo “sin perjuicio de entablar demanda a los patronos cuando pasen las actuales circunstancias”, actitud que, según alguna fuente, iba acompañada de un trabajo lento “para con esta actitud obligar a los mismos fabricantes a imponer el paro o ceder a las peticiones formuladas”20. Y en octubre “La Constancia” planteó una huelga localizada en las fábricas de Hijos de Miguel Payá e Hijos de Salvador Doménech, por desacuerdos en relación al control e inspección del trabajo: en esta ocasión, perdieron la huelga los obreros y tuvieron que volver al trabajo en noviembre aceptando las posiciones patronales21.
Al mismo tiempo, el proletariado alcoyano seguía la campaña organizada por UGY y CNT contra la carestía de las subsistencias y la crisis de trabajo, que culminaría en la huelga general de diciembre de 191622. La situación general del país estaba agravada en Alcoi por las restricciones y abusos de la Hidroeléctrica, que a fines de noviembre provocaron la paralización de todas las industrias de la ciudad y condenaron así “a una huelga forzoso a miles de braceros que no cobrarán jornal alguno el sábado y solo llevarán a sus hogares el hambre”23.
A finales de 1916 apareció La Fuerza, periódico que prestaba mucha atención, desde la perspectiva anarcosindicalista, a las actividades sindicales de los trabajadores del Textil, a los que animaba para que se organizasen y consiguieran su emancipación.
En marzo de 1917 tuvo lugar una huelga parcial, de Cardadores y Diablero de la fábrica Viuda e Hijos de Vicente Boronat, huelga sobre la que estamos mal informados, entre otras cosas, por la severa censura de prensa entonces vigente. En el segundo turno del 20 de julio comenzó un paro en el sector textil, en las fábricas de Rita Santonja, Modesto Payá y otras, aunque se siguió trabajando en otras diecisiete. Pero al día siguiente ya paró totalmente el primer turno, a las seis de la mañana,: había en huelga unos diez mil obreros del Textil y, poco después, el paro se extendió a la industria metalúrgica, a las fábricas de cartón, papel, sombreros, hilos, géneros de punto, etc: “Casi toda la población ha secundado el paro”. El día 26 se resolvió la situación, reanudándose el trabajo en todas las fábricas y talleres, tras unas gestiones en las que intervinieron el alcalde y un teniente coronel de la Guardia Civil24. La huelga fue totalmente pacífica, como destacaba la, prensa: “En los días que durado el paro, no se ha tenido que lamentar el más ligero incidente, dando con ello los trabajadores una prueba más de sensatez y cordura, lo que consignamos con verdadero gusto”25. En cuando a las causas de la huelga, hay informaciones contradictorias: dos periódicos germanófilos de Alicante la atribuyeron a manejos de agentes extraños y según Periódico para Todos, por Alicante y Alcoi habían pasado “elementos extranjeros para provocar una huelga general que originase alboroto y motín”, ofreciendo cinco pesetas a cada obrero que parase26. Para La Correspondencia Alicantina, esta huelga “se venía anunciando desde hacía varios días, con hojitas anónimas que incitaban al pueblo y a las tropas a la rebelión” y ni siquiera los obreros sabían la causa: para algunos, se trataba de lograr la jornada de ocho horas; para otros, se hacía por ordenes de delegados forasteros27.
Poco después se produjo la huelga general de agosto de 1917 que tuvo sus repercusiones también en Alcoi, aunque en menor medida que en otras comarcas alicantinas: socialistas y anarcosindicalistas actuaron conjuntamente y la huelga general se inició en el Textil, uniéndose posteriormente toda la industria y cerrando el comercio28. Después se celebraron numerosos actos a favor de los presos sociales de la huelga revolucionaria: así, a primeros de diciembre hubo una manifestación en la que tomaron parte casi doce mil personas, a favor de la amnistía, con vivas al Comité de Huelga29.
En enero de 1918 continuaba la presión del crecimiento del precio de las subsistencias y los obreros textiles solicitaron nuevos aumentos, a los que accedió la Real Fábrica de Paños: hubo en esas fechas incidentes y motines en el mercado por el precio de los artículos de primera necesidad, que incidió mucho sobre la clase obrera “a pesar de que todos los obreros de los diferentes ramos que abraza la fabricación de paños y mantas han alcanzado una notable mejora, pues desde el lunes de la semana pasada los patronos les han concedido el 25% sobre el jornal que cada uno cobra: sin embargo, esto no es suficiente, porque los artículos están por las nubes y ganando un jornal decente, no se puede vivir por ningún concepto”30. Según algún periódico, los obreros también habían presentado los obreros reivindicaciones sobre “la fijación de la jornada de ocho horas”31.
Por esa progresiva pérdida de valor adquisitivo de sus jornales, los obreros se vieron obligados a presentar constantemente nuevas peticiones y surgieron algunos conflictos en los primeros meses de 1918: así ocurrió en la fábrica de Géneros de Punto de Enrique Carbonell, que se solucionó a finales de febrero32; en la fábrica de Rita Santonja, a mediados de febrero33; en la fábrica de Hilados de José Soler, cuyos obreros pidieron aumento de jornal y reducción de horario, en una huelga que terminó en abril tras unas gestiones del alcalde34, etc. La más importante de estas huelgas fue la de las operarias de las fábricas de Género de Punto Inglés, que tenían algunos problemas para el aprovisionamiento de algodón y agujas, “materias cuya escasez tiene a esta industria en peligro de paralización casi absoluta”35. La huelga duró diez semanas y fue pacífica, salvo a finales de marzo, cuando los patronos indujeron a algunas huelguistas a entrar a trabajar: al final, a primeros de abril se llego a un acuerdo y los obreros, “gracias a la solidaridad material entre ellos”, obtuvieron un aumento en sus salarios36.
La situación de la industria, pese a las dificultades en los transportes de materias primas, era bastante buena: en un artículo publicado en la prensa local se afirmaba que “produce Alcoy tanta hilatura como toda la región catalana, ya que de las máquinas de hilar de nuestra Ciudad instaladas, que son unas cien, seguramente salen sobre un millón de madejas mensuales, que representan 200.000 kilos de materia elaborada”37. Sin embargo, se decía que tal prosperidad estaba amenazada por los conflictos sociales: en mayo hubo una fuerte huelga de metalúrgicos y carpinteros –que en algún momento provocó problemas a otras industrias por falta de envases-, a los que el ramo de los obreros de la manufactura en lana habían ofrecido su apoyo, haciéndose cargo de sus hijos en tanto durase el conflicto38.
A la vez, y como una forma de presionar sobre la patronal, los obreros textiles estudiaban una huelga general en solidaridad con estos compañeros39 y presentaron peticiones de aumento de salario: los borreros pidieron 18 reales por el trabajo diurno y 20 por el nocturno –cobraban en esos momentos 11’5 reales de día y 12’5 de noche-; los tejedores mecánicos pidieron 5.75 reales de día y 6’75 de noche, cuando venían cobrando 5 y 34’50 reales respectivamente; y los selfactineros plantearon la jornada de ocho horas, dos menos de las que trabajaban40. Fraternidad exhortaba a patronos y obreros a la concordia, “en bien de todos y en bien del porvenir de nuestra ciudad”41. A finales de junio se solucionó la huelga de metalúrgicos y carpinteros, sin que los obreros textiles llegasen a acordar la huelga general. Aprovechando el respiro, los patronos negaron los aumentos solicitados por hiladores y selfactineros, aunque prometieron estudiarlos para la siguiente temporada42.
En cuanto a la hegemonía en la clase trabajadora, la seguían ostentando los anarcosindicalistas, aunque la influencia de los socialistas parece que resurgió un poco tras la huelga de agosto de 1917. Con todo, la unidad entra ambas corrientes, conseguida con granes dificultades, se rompió muy pronto y con ocasión del Primero de Mayo de 1918 hubo enfrentamientos dialécticos entre unos y otros.
En la segunda mitad de 1918 y como consecuencia de problemas con el fluido y las restricciones impuestas por Hidroeléctrica43, hubo algunos conflictos de escasa importancia en el textil: en julio, los patronos propusieron que se trabajase los domingos, por cuanto los sábados no había fluido, pero los obreros se oponían y trataron en asamblea del tema, llegándose a un paro que fue minoritario44. En septiembre hubo nuevos problemas con el fluido, aunque la situación de las empresas era todavía bastante buena y los patronos concedieron a la mayoría de los oficios de la industria textil un aumento de 75 céntimos diarios como media, además de algunas otras mejoras de tipo moral45.
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NOTAS:
1“Al pueblo en general y especialmente a los obreros de la manufactura en lana”, en Fraternidad, 31-XII-1915.
2Alicante Obrero, 10-IX-1915.
3Alicante Obrero, 1, 4, 5 y 7-X-1915.
4Santiago Gadea, “De cara al enemigo. Contra una campaña difamadora”, en Trabajo (Elche), 17 y 24-X-1915.
5El Socialista, 7-VIII-1915.
6El Socialista, 23-XII-1915.
7Diario de Alicante, 25-I-1916 –que alaba las peticiones sobre alquileres y subsistencias, pero no las relativas a los detenidos porque “esa intromisión política no merece nuestra simpatía”– y El Socialista, 25-I-1916.
8Periódico para todos, 18-II-1916.
9Fraternidad, 29-II-1916. Se eligió un nuevo Comité de la federación, que presidía Miguel Gimeno.
10El Socialista, 6-III-1916.
11El Socialista, 15-III-1916.
12Las peticiones de Aparejadores de Paños, Borreros y Tintoreros pueden leer en Fraternidad, 11-III-1916.
13Diario de Alicante y El Socialista, 30-III-1916; Fraternidad, 1-IV.1916; El Batallador, 31-III y 5-IV-1916.
14Para El Socialista, 1 y 4-IV-1916 se trataba de un cierre patronal.
15Diario de Alicante y La Voz de Alicante, 4-IV-1916, desmintieron la calificación de “grave” dada a la huelga por el madrileño La Acción. Véase también La Voz de Alicante, 6 y 8-IV1916.
16Julio Berenguer, Historia de Alcoy; El Noticiero y La Voz de Alicante, 12 y 13-IV-1916; El Batallador, 12-IV-1916; El Socialista, 13-IV-1916, titula la información: “El locaut de Alcoy”..
17Alicante Obrero, 19-IV-1916; La Lealtad (Alcoi), 20-IV-1916; El Socialista, 21-IV-1916; Diario de Alicante y El Noticiero, 22-IV-1916; El Día, 23-VII-1916. Según Aracil – Bernabé – García Bonafé, artículo citado, la huelga duró únicamente desde el 26 de marzo hasta el 14 de abril.
18Boletín del IRS, junio de 1916.
19Alicante Obrero, 4-VII-1916.
20“Por patriotismo cejan ahora los trabajadores en su actitud, en vista de las graves circunstancias por que atraviesa España”, en alusión a la huelga ferroviaria (Diario de Alicante, 20-VII-1916). Según El Correo, 4-IX-1916, había sido denunciada una hoja dirigida “A los cardadores, diableros y al pueblo en general”, por su crítica a las autoridades. Véanse también La Lealtad (Alcoi) y El Noticiero, 20-VII-1916, y El Batallador, 22-VII-1916.
21El Correo y La Voz de Alicante, 18-XI-1916.
22Así se envió en noviembre un telegrama a El Socialista (12-XI-1916) que decía: ”Reunido el pueblo en mitin, reclama abaratamiento subsistencias, soluciones para la crisis de trabajo y amplia amnistía para procesados y presos por cuestiones políticas y sociales”. El Socialista, 4-XII-1916 cita otro telegrama enviado al Presidente del Consejo de Ministros desde Alcoi en que se anuncia la huelga general “según lo acordado por los dos organismos obreros nacionales”. La Lealtad (Alcoi), 30-XI-1916.
23La Lealtad (Alcoi), 30-XI-1916.
24La Correspondencia Alicantina, 23-VII-1917; El Socialista, 25-VII-1917; La Lealtad (Alcoi), 26-VII-1917.
25La Lealtad (Alcoi), 26-VII-1917.
26Periódico para Todos, 28-VII-1917.
27La Correspondencia Alicantina, 21 y 23-VII-1917.
28Aracil – Bernabé – García Bonafé, artículo citado. Véase también “La conducta del gobierno datista. Lo sucedido en Alcoi”, en El Socialista, 18-XI-1917.
29El Socialista, 3-XII-1917.
30La Correspondencia Alicantina, 30-I-1918. Según La Lealtad (Alcoi), 24-I-1918, más fiable, el aumento concedido era sólo del 10%.
31El Liberal, 19-I-1918.
32Diario de Alicante, 29-II-1918, y La Correspondencia Alicantina, 1-III-1918.
33Diario de Alicante, 15-II.-1918.
34El Luchador, 5-IV-1918.
35Según El Socialista, 26-II-1918, pedían un aumento del 25% y la reducción de jornada; El Liberal, 2-III-1918.
36El Tiempo, 3-IV-1918: Fraternidad, 6-IV-1918; La Correspondencia Alicantina, 13-III y 6-IV-1918, que asegura que el aumento de jornal se había hecho extensivo a todos los obreros de la industria lanera, albañiles, papeleros y braceros. Parece que el aumento conseguido fue del 10% para los hombres y del 5% para las mujeres. Véase también Aracil – Bernabé – García Bonafé, artículo citado.
37El Liberal, 18-V-1918.
38El Correo, 12-VI-1918.
39El Correo, 27-VI-1918.
40La Correspondencia Alicantina, 21-VI-1918.
41Fraternidad, 22-VI-1918.
42Diario de Alicante, 15-VII-1918.
43“Los abusos de Hidroeléctrica”, en Fraternidad, 13-VII-1918.
44La Correspondencia Alicantina, 16 y 17-VII-1918, aseguraba que la responsabilidad de ese “insulso” paro correspondía a la demagogia de los oradores en un mitin de las izquierdas.