“Con frecuencia, la España del exilio me ha mostrado una gratitud desproporcionada porque los exiliados españoles lucharon durante años y, luego, aceptaron con dignidad el dolor interminable del exilio. Yo me he limitado a decir que ellos tenían razón. Y solamente por esto, he recibido durante años la fiel, la leal amistad española que me ha ayudado a vivir. Esta amistad, aunque yo no la merezca, es el orgullo de mi vida. En realidad, es la única recompensa que puedo desear”.
Albert Camus: “Lo que le debo a España”, 1958.