Poco antes del estallido de la guerra europea, se produjo en el puerto alicantino un amago de conflicto, como consecuencia de la manera de trabajar allí: los obreros se quejaron de que los capataces no elegían para trabajar a los componentes de las juntas directivas de las Sociedades Obreras1. Llamados al Gobierno Civil, los capataces reivindicaron su derecho a elegir a los braceros2.
Durante el segundo semestre de 1914 aumentó notablemente el transporte de viajeros –por el regreso de los emigrados a España, desde los países beligerantes- y disminuyó el tráfico de mercancías. Los obreros del puerto se encontraron en un paro forzoso y el problema afectó también a los carreros, a los empleados en los almacenes y a los comerciantes que esperaban materias primeras: “Siguen encalmados, por causa de las actuales circunstancias, los trabajos en el puerto de Alicante. El embarque de vinos, base de nuestro comercio marítimo, es nulo”3.
Esta crisis de trabajo en el puerto continuaba a primeros de 1915 y los capataces aprovecharon la coyuntura para no cumplir las Bases de Trabajo, empleando menos obreros de los necesarios. Así se produjeron en enero, con ocasión de la descarga de los vapores “Sitges” y “Cabo Ortegal”4, algunos conflictos, con intervención del Gobernador Civil, entre las sociedades obreras y los capataces, sobre todo, con Felipe Bergé, con el que los portuarios sostendrían una larga lucha más adelante. La escasez de trabajo permitía a los capataces discriminar a los obreros asociados y dar preferencia a los no asociados, que iban aumentando, como era de esperar en una época de crisis. Ante todo ello, “La Defensa” convocó a las Sociedades Obreras que habían suscrito el “pacto de unión” –“La Marítima”, “La Terrestre”, “La Defensa” de Toneleros, “El Progreso” de Carreros, “La Igualdad” de Aserradores Mecánicos y “La Defensa” de Almacenistas- para tratar de la insostenible situación que provocaba la paralización de los trabajos en el puerto, que conducía a la miseria y a la mendicidad a numerosos trabajadores5.
A finales de enero los portuarios se declararon en huelga por la citada actitud de los capataces. La situación se mantuvo estacionaria hasta el 6 de febrero, en que el Gobernador Civil consiguió que se limasen diferencias y se llegase a un cierto acuerdo, ya a mediados de ese mes6. En los restantes meses de 1915 continuó la crisis de trabajo: “La contemplación de la total paralización de nuestro puerto, nos produce una pena enorme”7. Los trabajadores del puerto anunciaron su solidaridad con “La Naval” de Barcelona ante una huelga que no llegó a producirse8 y en agosto se negaron a cargar los buques de la empresa “Vinuesa”; en octubre se mostraron remisos a descargar el “San José”, que llevaba una tripulación no asociada9. Entre tanto, había crecido la influencia sindicalista en las sociedades obreras del puerto, aunque era todavía minoritaria10.
En 1916, ante la carestía de las subsistencias y la crisis de trabajo, las Sociedades Obreras del Puerto participaron en varios mítines y manifestaciones organizadas por la clase obrera alicantina para llamar la atención sobre el problema. De otro lado, continuaron los conflictos con los capataces11. Pero el acontecimiento más destacado del año fue la huelga de varias sociedades obreras alicantinas en solidaridad con “La Naval” y los obreros marítimos de Barcelona. Poco antes, a mediados de mayo, las sociedades del llamado “pacto de unión” –las ya citadas, más “La Naval”- convocaron un mitin en la Casa del Pueblo “para explicaros la necesidad de que ingreséis en vuestras respectivas sociedades para que, unidos en fraternal abrazo, sepamos dar la lucha a todos los patronos y empresas, y cooperemos para la organización de la Federación local, hasta llegar a nuestra unión nacional”12. Esta pretensión de organizar la Federación Local, así como ciertas circunstancias de la huelga marítima que vamos a comentar, parecen señalar el crecimiento de la presencia de sindicalistas en estas sociedades del “pacto de unión”.
En junio estalló la cita huelga de solidaridad: “En Alicante, los obreros del mar, por solidaridad y compañerismo, se han adherido y secundado el movimiento huelguístico iniciado en Valencia y Barcelona”. El acuerdo se tomó en un mitin celebrado en el centro de Sociedades Obreras de la Avenida de Zorrilla13. Estaban en huelga todas las sociedades del “pacto de unión”, salvo los Almacenistas de “La Defensa”, que acudieron al trabajo pero “sin poner mano en los géneros que procedían de los barcos descargados por esquiroles”14. Los capataces contrataron inmediatamente a numerosos esquiroles para efectuar la carga y descarga de los buques, lo que motivó algunas protestas en la prensa que apoyaba a los huelguistas15, sobre todo por la presencia entre los esquiroles de menores de edad. Sucedieron entones diversos incidentes entre los huelguistas y los esquiroles que tripulaban los buques o trabajaban en su carga y descarga16. Llegaron a puerto nuevos buques, que se sumaron a la huelga –así el “Torreblanca”, que navegaba por creer que la huelga había terminado-, mientras que otros, pilotados por esquiroles, seguían viaje –“San José”, “Cabo Peñas”, “Atlante”, etc-.
Según la prensa de izquierdas, las autoridades adoptaron una actitud parcial. Periódico para Todos denunciaba el hecho de que un guardia de seguridad, de paisano, se dedicaba a reclutar esquiroles17 y Alicante Obrero llegó a afirmar lo siguiente, en su habitual tono demagógico: “Grandes grupos de huelguistas están concentrados a la puerta del muelle. Un cordón de guardias de Seguridad impide el paso a los hombres honrados; así solo se deja pasar a los que tienen cara de granujas y golfos”18. La huelga marítima no era seguida con unanimidad por los buques, pese a que el comité de huelga de “La Naval” –cuyos contactos con los compañeros que todavía trabajaban eran dificultados por el Gobernador Civil- consiguió convencer a muchos para que se uniesen al paro.
La situación se fue agravando al aumentar el número de esquiroles, que sobrepasaban ya los cien, en tanto seguían en paro más de dos mil hombres. Menudearon los incidentes con los esquiroles, los días 20 y 21 de junio, pese a que éstos se llevaban la comida al muelle para evitar encuentros con los huelguistas19. La prensa lamentaba la pasividad de las autoridades y de la Cámara de Comercio20, pedía serenidad a los huelguistas21 y hacia llamamientos a la negociación22. Al parecer, en otros puertos españoles se trabajaba, pese a la huelga de los marinos.
Las sociedades del “pacto de unión” convocaron una asamblea general de los trabajadores alicantinos23, en la que si bien fue unánime el apoyo a los marinos de “La Naval” –con una recaudación en metálico y la promesa de llegar al paro general si fuese necesario- hubo disparidad de criterios sobre los métodos empleados en la huelga, en especial sobre el trato a los esquiroles24. Se insistió en el trabajo de menores de edad, si bien se afirmó que el Gobernador Civil lo había impedido en cuanto fue enterado de ello por el Comité de huelga25.
A partir de esa asamblea, disminuyó la tensión, pese a que ya están empleados en las faenas del puerto casi 250 esquiroles. La prensa se encontraba dividida: además de El Día, que había mantenido siempre posiciones contrarias a la huelga, apoyaba la vuelta al trabajo. Alicante Obrero26; en cambio, otros medios apoyaban la continuación del paro: así, El Luchador, que publicaba datos del Boletín que editaba “La Naval” en Barcelona, así como artículos de El Socialista sobre el paro y los negocios de las navieras27.
Ante el aumento de los esquiroles, se convocó una asamblea el día 26, en la que pareció predominar la opinión de continuar el paro, pero hubo ya muchas voces en contra, alegando que “los días que hemos permanecido en huelga son bastantes para exteriorizar el espíritu de solidaridad con los trabajadores del mar”, que el conflicto estaba mal planteado por los marinos y que en la mayoría de los puertos del Mediterráneo se trabajaba ya. Esta división de opiniones se manifestó en la práctica el día 27. cuando muchos asociados comenzaron a trabajar, sobre todo los de “La Terrestre” y “La Paz”, mientras los de “La Marítima” y “La Defensa”, de Carreros, seguían la huelga28. Ante ello, se acordó volver al trabajo el día 28, dando por terminada la huelga29. Según El Día, con este regreso al trabajo, los obreros del puerto se habían emancipado “de tiránicas tutelas”, cosa que era rebatida por otros periódicos, que recordaban que la decisión de huelga se tomó por unanimidad y la del regreso sólo por mayoría. La huelga de “La Naval” continuó durante algunos días más30.
La vuelta al trabajo provocó el habitual conflicto con los esquiroles: algunos, unos setenta, fueron acogidos en “La Paz” y en “La Terrestre”, un total de treinta y tres: “ahora hay que educarlos societariamente”31. Pero otros muchos habían pasado a las filas de la sociedad de capataces “La Unión” como “similares”32: en el muelle, para el trabajo en tierra, se formaban dos filas de asociados, con unos doscientos hombres y otra de esquiroles, a los cuales se apresuraban a contratar los capataces, pues pertenecían a su Sociedad. Este era un problema que se arrastraba de años atrás, como hemos visto, y que seguía en pie pese a los esfuerzos de los obreros asociados para convencer a los esquiroles de modo que abandonasen “La Unión” y se afiliasen a “La Paz” o “La Terrestre”33. Los obreros tomaron también otras medidas contra los esquiroles –expulsión de algunos miembros de “La Defensa”- y con un propietario de una tienda de víveres que “olvidando que vive de los obreros”, había trabajado también con esquiroles34.
La huelga de “La Naval” terminó poco después35 y la Cámara de Comercio dirigió una felicitación al Gobernador Civil, de Federico, “por su actuación durante la pasada huelga producida en los muelles de nuestro puerto”36. Pero los conflictos entre capataces y trabajadores siguieron: hubo un extraño intento de crear una nueva Sociedad de Capataces y Similares, con el apoyo de “La Terrestre” y “La Paz”37, tal vez para hacer frente a “La Unión” con la ayuda de algún capataz, pero no parece que se llevase a efecto. Los obreros denunciaban constantemente que los capataces no cumplían el acuerdo de elegir a partes iguales entre asociados y esquiroles, con lo que los de “La Terrestre” y “La Paz” apenas podían trabajar38, pues los capataces “escogen hombres como si escogiesen naranjas”39.
En 1917 el puerto alicantino atravesó, sobre todo en el primer semestre, una grave crisis, pese a los artículos en la prensa denunciando esa situación40, las gestiones de las fuerzas vivas, etc41. Según los trabajadores, esa crisis general se veía agravada por la actuación de los capataces, que se negaban a respetar los siguientes acuerdos, tomados por los obreros para repartir entre todos el escaso trabajo existente:
“1. Todo compañero que trabaje en domingo o día festivo, no tendrá derecho a trabajar al día siguiente, a menos que lo hayan hecho todos los compañeros, salvo en caso de necesidad, como ya indicaremos en el acuerdo siguiente.
2. El buque que entre en nuestro puerto y no operase en el día y sí al día siguiente, tampoco tendrá derecho a trabajar en dicho que los que se hallasen trabajando en otros el día de la llegada a este puerto, que de haber operado hubiese tenido que hacerlo con el personal disponible y no con el que se hallaba trabajando”42.
De otro, lado, la oferta de trabajadores para las faenas del puerto, que no necesitaban gran especialización, era grandísima y los puestos de trabajo escaseaban: en noviembre hubo incluso un mitin al pedirse obreros para la descarga de carbón y presentarse muchos más de los necesarios, por lo que “los que no hallaron la ocupación que había de proporcionarles un jornal, se amotinaron”43.
No hemos encontrado noticias del anunciado Congreso de la Federación de Obreros de la Navegación y Transporte que, según la prensa local, había de reunirse en Alicante a mediados de 1917. Lo más probable es que esa celebración se pospusiese por los acontecimientos del verano de ese año.
Con todo, las sociedades obreras del puerto se fueron recuperando de los efectos de la huelga en solidaridad con “La Naval”, al calor de la lucha por la amnistía tras la huelga revolucionaria de agosto de 1917. A primeros de 1918 se decía que los “amarillos” iban ingresando ya casi en su totalidad en “La Paz”44, “La Terrestre” y “La Marítima”, frustrando así la pretensión de los capataces de acabar con el movimiento asociativo en el puerto45.
En 1918 la actuación sindical de los trabajadores portuarios estuvo condicionada por el aumento de las subsistencias y la crisis de trabajo. Precisamente cuando en enero de ese año estalló en Alicante un motín por el hambre que acabó con varios muertos y heridos por la actuación de la fuerza pública, los portuarios se encontraban en huelga pidiendo aumento de jornal, según algún periódico, aunque los obreros desmintieron esa noticia, alegando que ellos sólo querían que se cumpliesen los acuerdos anteriores en lo que se refería al empleo de personal en las operaciones de carga y descarga46. El conflicto se inició el día 11 y se mantuvo hasta su término –del que no hemos encontrado referencias, absorta la prensa local en el citado “estallido del hambre”- en términos unánimes y serenos47. Según El Día, los obreros que trabajaban a bordo de los buques cobraban 7’50 pesetas, más 1’50 por cada hora extraordinaria y 3 si habían de trabajar en la hora de comer; y los que lo hacían en tierra, percibían un salario de 5 pesetas más 1 peseta por cada hora extraordinaria; tanto unos como otros cobraban doble en los días festivos. Pretendían un aumento salarial, pero sobre todo se negaban a trabajar con los afiliados a “La Unión”, alegando que no eran trabajadores del muelle, sino esquiroles48.
A finales de mayo de 1918 presentaron los obreros del puerto una nueva petición de aumento del jornal, en atención a la creciente carestía de las subsistencias. Hubo conversaciones con el Gobernador Civil49, intervención de la Junta Municipal de Subsistencias ante las amenazas de huelga50 y un aumento final del 20% del jornal para los obreros marítimos y de una peseta para los terrestres, acordado por la Cámara de Comercio “en tanto duren las actuales circunstancias”51.
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NOTAS:
1Alicante Obrero, 16, 17 y 20-VII-1914, que atribuía la iniciativa de los capataces a Felipe Bergé.
2Diario de Alicante, 22-VII-1914, y El Socialista, 24-VII-1914.
3La Unión Democrática, 24-IX-1914. La Lealtad, 27, 28 y 29-VIII-1914, informa de la llegada de algún vapor, en el que trabajan algún día entre 40 y 50 obreros, estando en paro más de 1.000, además de 400 carreros.
4La Unión Democrática, 9 y 27-I-1915; El Batallador, 26-I-1915.
5El Noticiero, 26-I-915, y Periódico para Todos, 28-I-1915.
6El Liberal, 30-I y 6 y 11 -II-1915; La Voz de Alicante y Periódico para Todos, 4-II-1915; El Batallador, 5 y 12-II-1915.
7Alicante Obrero, 4-V-1915.
8El Día, 24-VII-1915.
9El Día, 16-X-1915.
10Diario de Alicante, 28-VII, 23-VIII y 15-X-1915, sobre la solidaridad con “La Naval”. Periódico para Todos publicó el 26-IV-1915 un artículo sobre la expulsión de algunos anarquistas de las sociedades obreras del puerto.
11Diario de Alicante, 5-I-1916: conflicto por la descarga del vapor “Siena”, que había embarrancado.
12El Popular, 19-V-1916.
13El Día, 16 y 19-VI-1916, y Alicante Obrero, 20-VI-1916.
14Diario de Alicante y Periódico para Todos, 19-VI-1916.
15En Periódico para Todos, 19-VI-1916, el socialista Manuel Abril recordaba que los patronos, que negaban un real de aumento a sus obreros, pagaban ahora tres duros a los esquiroles, que nunca trabajaban “salvo para hacer daño a sus mismos compañeros de trabajo”. El Luchador, de la misma fecha, pedía la intervención de la Junta local de Reformas Sociales por el trabajo de menores de edad como esquiroles, y apoyaba a los obreros por ser muy justo lo que pedían los huelguistas de “La Naval”: la inclusión de los marinos en la Ley de Accidentes del Trabajo (“Una huelga generosa”, en El Luchador, 20-VI-1916).
16El contramaestre del “Castilla” fue apedreado por los huelguistas, que también apalearon a algunos esquiroles por las calles alicantinas (Diario de Alicante, 19-I-1916); corrían a diario rumores sobre persecuciones y pedradas contra los esquiroles, se decía que uno había sido arrojado al mar, que otro había tenido un ataque de ansiedad, etc (La Voz de Alicante, 21-VI-1916). El Día y El Popular, 20-VI-1916 aseguraban que el Comité de Huelga y los delegados de las Sociedades Obreras habían entregado su dimisión al Gobernador Civil por “no poder hacerse responsables de las consecuencias”: esta noticia fue desmentida por la propia Comisión de Huelga, que había visitado al Gobernador Civil para declinar cualquier responsabilidad en lo que pudiera ocurrir (El Día, 21-VI-1916).
17Periódico para Todos, 20-VI-1916.
18Alicante Obrero, 21-VI-1916.
19Según El Correo, 21-VI-1916, un esquirol había tenido que hacer un disparo de arma de fuego para librarse de los huelguistas. Al día siguiente, hubo una reyerta en la calle Mayor, que se saldó con dos esquiroles heridos y tres huelguistas detenidos (La Unión Democrática, 21-VI-1916). Más información sobre estos incidentes en El Noticiero y El Día, 21 y 22-VI-1916.
20El Popular, 21-VI-1916, aseguraba que las faenas iban muy despacio, por la inexperiencia de los esquiroles, en su mayoría “criaturas de 10 a 16 años”.
21“Por el buen nombre de Alicante”, en Periódico para Todos, 21-VI-1916.
22“Es labor de todos orillar las diferencias empleando el razonamiento y la persuasión en lugar del escándalo y la violencia” (Alicante Obrero, 23-VI-1916).
23Asistieron, según la prensa, de 16 a 23 sociedades obreras, entre ellas Tipógrafos, Albañiles, Ferroviarios, Panaderos, Metalúrgicos, Pintores, etc (Diario de Alicante y El Luchador, 23-VI-1916, El Popular, 20-VI-1916).
24Esta disparidad sería, sin duda, fruto de las tácticas enfrentadas de socialistas y sindicalistas.
25El Correo, 23-VI-1916.
26Lo cual se explica porque este periódico había cambiado de propietario, por lo que había salido otro, titulado El Primitivo Alicante Obrero. En manos del demagogo José Llorens, Alicante Obrero se vio boicoteado por los propios trabajadores, y El Luchador le pidió que suprimiese de su cabecera el subtítulo de “Defensor de las Sociedades Obreras”.
27“¡A la lucha, compañeros, demostrad energía y valor ahora que toda España se muestra en la misma situación que vosotros!” (El Luchador, 27-VI-1916).
28La Voz de Alicante, 27-VI-1916, El Luchador y Diario de Alicante, 27 y 28-VI-1916.
29Diario de Alicante y La Voz de Alicante, 28-VI-1916.
30El Día, 28-VI-1916, y Alicante Obrero, 3 y 6-VII-1916.
31Alicante Obrero, 10-VII-1916.
32Alicante Obrero y Diario de Alicante, 13-VII-1916. El último periódico informa de una asamblea de varias Sociedades Obreras en la Casa del Pueblo para protestar de esta actitud de los capataces, “lesiva para los obreros asociados”.
33A. Ferrándiz Marín, “A los obreros unidos a los capataces del puerto”, en El Luchador, 22-VII-1916.
34Alicante Obrero, 11-VII-1916. Otros incidentes son relatados en El Día, 14-VII-1916.
35Heraldo de Alicante, 5-IX-1916, publicó una historia del conflicto y una protesta por la clausura del Sindicato de Marineros y Fogoneros “La Naval”.
36Alicante Obrero, 26-VII-1916.
37El Batallador y Alicante Obrero, 14-VIII-1916.
38El Día y Alicante Obrero, 31-VIII-1916, y El Correo,1-IX-1916, que comenta: “Parece ser que son muchos los esquiroles que se emplean en estos momentos, por lo que aumenta la indignación”. Véase también El Día, 1 y 2-IX-1916.
39Alicante Obrero, 22-XI-1916: “Los trabajadores del muelle tal vez estén en vísperas de lanzarse a una huelga, provocada por los capataces”.
40“De mal en peor”, en El Luchador, 13-II-1917, y varios artículos en El Correo. NdE: En enero de 1917 fue nombrado presidente de La Terrestre el sindicalista y republicano Juan Meseguer Terol, que durante los años de la dictadura sería presidente de la junta de delegados de la Casa del Pueblo, 1927-1930, y vocal del comité paritario del puerto de Alicante. Sería también luego presidente de La Marítima en enero de 1930 y poco despuès delegado por la Marítima y la Terrestre en el Congreso nacional de la CNT de 1931.
41En octubre de 1917 se desplazó a Madrid una comisión de la Junta de Obras del Puerto y de la Cámara de Comercio para visitar, con los parlamentarios alicantinos, al Vizconde de Eza y exponerle los perjuicios que supondría para Alicante la supresión de la prórroga de las tarifas reducidas del puerto (El Correo, 3-X-1917).
42El Luchador, 17-III-1917.
43Diario de Alicante, 23-XI-1917.
44Que había telegrafiado en diciembre de 1917 al Comité de huelga encerrado en Cartagena para expresarle su solidaridad.
45El Luchador, 7-I-1918.
46El Día, 15-I-1918. Según El Socialista, 12 y 167-I-1918, los obreros aplazaron sus reivindicaciones.
47El Luchador, 11 y 24-I-1918. Las peticiones eran justas, pues los trabajadores pasaban a veces quince días sin cobrar un jornal.
48El Día, 14-I-1918.
49La Correspondencia de Alicante, 5-VI-1918, El Popular, 5-VI-1918, y Diario de Alicante, 4 y 5-VI-1918.
50La Unión Democrática, 27-VI-1918.
51El Tiempo, 18-VI-1918, y El Socialista, 25-VI-1918. Los obreros de “La Terrestre” y “La Marítima” agradecieron sus gestiones al alcalde (El Día, 5-VII-1918).
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