La inexistencia de documentación oficial sobre la Fábrica de Tabacos de Alicante antes de 1887 y la infravalorizarón habitual del papel de la mujer en el movimiento obrero han generado algunos errores históricos que deben ser subsanados con el pertinente ejercicio de memoria colectiva.
Partiendo del trabajo que nos brindara Paco Moreno, al que pedimos disculpas por haber alterado su estudio introductorio sobre el ramo de tabaquería alicantino, debemos añadir nuevos datos sobre el primer y agitado periodo de vida de la Fábrica de Cigarros de Alicante, ya que vienen a cuestionar aquella idea de la escasa combatividad del ramo y el bajo nivel de conciencia de clase de las cigarreras.
Como señalaba nuestro compañero Paco Moreno, todos la conocían como La Fábrica por ser uno de los núcleos obreros fundamentales de la ciudad, el cual daba empleo directo a miles de mujeres, y también algunos hombres. Eje económico de la vida de los alicantinos desde su apertura a mediados del siglo XVIII, estuvo primero ubicada en lo que fue luego Teatro Calderón de la Barca y después fue trasladada a la calle Mayor, en dependencias que ocuparía más tarde el Colegio de San Luis Gonzaga1.
Podríamos resumir sus primeros años de vida diciendo que en 1801 el gobierno decidió instalar en Alicante otra fábrica de cigarros, en la que entrarían a trabajar centenares de mujeres de los barrios más pobres de la ciudad -San Antón, Carolinas- y de los pueblos de la huerta alicantina. Para ello se llegó a un acuerdo con el Obispo, quien siempre necesitado de fondos, cedería la parte del edificio que funcionaba desde tiempo atrás como Asilo y Casa de Misericordia.
Entre 1823 y 1828 se hicieron las primeras obras de ampliación y adecuación del inmueble dirigidas por el arquitecto Antonio Jover, pero la titularidad del edificio seguía siendo compartida con la iglesia; vínculo religioso que se extendería también a la vieja Hermandad de Las Cigarreras, agrupación gremial fundada en ese mismo año de 1801, que funcionaría de modo análogo a las de Sevilla o Madrid y que se hallaba en pleno funcionamiento en 1834 cuando..
“Alicante. El 22 de julio se fugó de esta el tesorero de la Real fábrica de cigarros, llevándose siete mil y pico de duros que había en arcas, de los cuales pertenecen parte al monte Pío de hermandad de las infelices cigarreras, y parte a la Real hacienda”2
Tras ser acondicionadas para fines productivos las viejas dependencias del Asilo de Beneficencia en 1838, el número de operarias debió aumentar considerablemente. Esto explicaría que las cigarreras alicantinas no solo estuvieran organizadas ya a comienzos de la década de 1840, sino que además se mostraran bastante activas protagonizando su primer motín en agosto de 1842; suceso del que la prensa apenas dio noticias pero que pudo estar relacionado con un primer intento de introducir maquinaria de picar tabaco, como había sucedido algunos meses antes en Madrid y Sevilla.
“..Se nos ha asegurado que el señor director dé la fábrica de cigarros don Agustín Cano, ha pasado de orden del gobierno á la ciudad de Alicante á instruir el oportuno expediente en averiguación de las ocurrencias que en él mes último tuvieron lugar en aquella fábrica..”3
En otro lugar hemos analizado la participación de la cigarreras alicantinas en los acontecimientos que vivió la ciudad en 1844 tras la insurrección militar que encabezara Pantaleón Bone, y la influencia que ello tuvo en el incendio intencionado de la Fábrica de Tabacos, ocurrido el 20 de mayo de ese mismo año.
Pasados largos años de represión y sometimiento, las operarias de La Fábrica no volvieron a dar síntomas de estar plenamente reorganizadas y activas hasta mayo de 1851, cuando se pusieron en pie de guerra por la mala calidad de la materia prima, mostrando se bien organizadas y cohesionadas, como ponen de manifiesto las siguientes palabras.
“..Aunque todas prestaron su conformidad a esta resolución, las caudillas del motín embozado, acompañadas de las individuas de mas confianza, repartieron sus avanzadas por todos los caminos para impedir la entrada en la fábrica de las que á ella fueran, faltando de este modo á la palabra que habían empeñado. Según noticias, no acudieron, de 800 y pico de individuas que forman la sección de habanos, mas que cinco..”4
Como apunta Teresa Lanceta en su estudio sobre la cigarreras alicantinas, la Hermandad que sostenían con su sueldo les permitía disponer ya en el año 1855 de servicios sanitarios, afrontar los gastos ocasionados por fallecimiento e incluso prever un fondo para la jubilación. Esta dinámica asociativa se mantendría en los años siguientes, mostrándose comprometidas incluso en cuestiones políticas normalmente reservadas a los hombres, como cuando iniciaron una suscripción popular para solidarizarse con los soldados enviados a la guerra de Marruecos en noviembre de 1859.
“..Ya se ha establecido en la fábrica de Tabacos de Alicante la máquina que debe sustituir los brazos en el taller de picado [..] por el mismo contratista que ha tomado a su cargo el picado de tabaco en todas las fábricas de la Península..”5
No volvemos a saber de ellas hasta 1867, cuando -como señala Paco Moreno- sería reformado el viejo reglamento de la Hermandad para convertirse desde entonces en Asociación de Nuestra Señora del Remedio. Esta entidad gremial de socorros mutuos tenía ..“el doble objeto de la instrucción y el socorro de niños y niñas hijos de lavanderas y operarias de la Fábrica de Tabacos”, y en los meses siguientes establecerían su sede en el barrio de San Antón dónde sostenían varias amas de lactancia, dos escuelas de instrucción primaria de ambos sexos con unos 100 niños, y donde también se ocupaban de los hijos e hijas de las cigarreras de 4 a 10 años en horas de trabajo.
“Ayer tarde, al hacerla entrega de su data las operarías de la fábrica de tabacos de esta capital, se alborotaron algunas de ellas, prorumpiendo en gritos y en quejas a consecuencia de habérseles desechado parte de sus labores [..] El alboroto se propagó á tos demás talleres, reclamando todas a grito contra las maestras, á quienes suponían causa de su disgusto. [..] Las maestras, que por precaución habían sido encerradas por orden del jefe del establecimiento, se trasladaron después a sus casas sin accidente alguno.”6
Como podemos leer y completa Paco Moreno, toda esta actividad orgánica de las tabaqueras alicantinas tuvo su prolongación en los meses previos a Revolución de septiembre de 1868, conocida como La Gloriosa, cuando decidieron modificar nuevamente el reglamento de la Hermandad en ese mismo año para acordar que existiese facultativo y sangrador no sólo en Alicante, sino también en Sant Joan, San Vicent y Mutxamel. Cabe añadir que su Junta de Gobierno estaba formada por los cargos directivos de la fábrica, tenía previstas ayudas en caso de enfermedad y muerte –200 reales para entierro y funerales- y disponía de préstamos al interés de 3 céntimos de real por quincena.
“..Ayer hubo un pequeño alboroto en la fábrica de cigarros (de Alicante), pero sin consecuencias desagradables [..] El alboroto no hubiera salido de los límites de la petición si algunas de las operarías más decididas no hubieran propuesto la huelga, oponiéndose a que entraran a ocupar los talleres las compañeras que no deseaban holgar..”7
En los primeros meses del Sexenio Revolucionario algunas medidas políticas previstas como el desestanco del Tabaco levantarían leves protestas entre las trabajadoras del ramo, que se desvanecieron pronto con el aumento del número de cigarreras. En 1869 eran unas 4000 mil, y se sumaron a la plantilla unas 500 más tras el cierre de la fábrica de Alcoy en 1872.
Si por algo se caracterizarían las cigarreras en este periodo fue por multiplicar su actividad sindical y por la aparición en escena de algunas operarias ligadas al republicanismo federal que se significaron en cuestiones políticas. Entre ellas encontramos a unas cigarrera alicantina, la ciudadana Rita Bataller, presidenta del Club Republicano Femenino inaugurado en julio de 1869 e integrado por operarías y amas de rancho de la fábrica de tabacos.
“..Ayer se amotinaron las operarias de esta fábrica de tabacos, a consecuencia, según de público se dice, de palabras injuriosas e inconvenientes vertidas por el inspector, cuando aquellas unánimemente le reconvenían por el mal estado del tabaco que se les había dado para las labores del día..”8
Estas frases aludían al que entonces era inspector de labores Francisco Aznar Ruiz [¿? / Alicante, 1897], funcionario de carrera que sería cesado algunas semanas después. Todo indica que durante estos años se optó por administradores jefe con un perfil claramente político. Este fue el caso de Joaquín Antonio Sendra [¿? / 1885], veterano revolucionario liberal que fue designado en diciembre de 1868; o Rafael Nogueras Sogorb [¿? / 1903] desde septiembre de 1873, que era concejal republicano y comandante de la milicia ciudadana.
No hay duda que con la Restauración monárquica en 1874, se prescindió de directores con un perfil tan liberal, empeorando severamente las condiciones laborales del personal que trabajaba en la fábrica, a destajo, en unas condiciones higiénicas tan malas que derivaban habitualmente en dispepsia, irritaciones pulmonares y alteraciones visuales. Estos problemas de salud también alcanzaban a su descendencia, afectada de altos niveles de mortalidad en los primeros años de vida y con un alto índice de abortos entre las empleadas. Y por si faltaba algo también se reimplantaron en estos años las directrices de buen gobierno, un régimen disciplinario sumamente austero, como nos describe el siguiente párrafo.
“A fin de evitar la aglomeración de mujeres en ciertas cuadras, se propuso establecer dos talleres de cigarrillos en habitaciones separadas; pero [..] las operarias [..] presentaron alguna resistencia a que se realizara esta innovación, y protestaron de la única manera que saben hacerlo, esto es, pidiendo la palabra y dando voces que se les atendiera. El Sr. Zapata dando pruebas de entereza y de carácter, las hizo entrar en orden instantáneamente, y sin descender a explicaciones de ningún género, dejó la calma completamente restablecida..”9
En esta punto llegamos a comienzos de la década de 1880, momento en que se viviría de nuevo una ampliación de las instalaciones y el consiguiente incremento en el número de operarias, cercanas ya a las 6000.
En paralelo, vendría a producirse una reactivación orgánica y sindical evidente; como lo demuestra el hecho que secundaran junto a portuarios y toneleros los paros laborales y las protestas ciudadanas surgidas a consecuencia de la visita de una delegación de los jesuitas a Alicante en febrero de 1883.
No muy lejos de esta fecha, encontramos la primera huelga declarada en La Fábrica tras la Restauración, enero de 1884, siendo protagonizada por los cuchilleros que abastecían a la sección de cigarrillos; que unida a las denuncias contra el administrador-jefe en la prensa local por la explotación y régimen disciplinar que desarrollaba, provocaron su sustitución en mayo; pero también el despido de 80 cuchilleros que fueron sustituidos por nueva maquinaria.
“Cuando comenzó el tumulto había en la Fábrica unas 5,000 operarias. El primer grito se dio en el taller de cigarrillos: Niñas, arriba! -gritó una- !Vamos a hacer pedazos las máquinas! . Y comenzó el destrozo. Las operarias dirigidas por una Atila hembra, comenzaron a romper cuanto había a mano..”10
El fin de toda una época estaba cerca, puesto que el sonido de las cuchillas siempre fue la música habitual de las viejas fábricas de cigarros, producido por centenares de operarias al unísono al picar las venas sobre la madera; que a partir de entonces sería sustituido por una sola máquina con su ruido metálico y repetitivo.
A modo de colofón a este periodo, las cigarreras comenzarían a publicar desde febrero de 1886 el periódico bilingüe La Cigarrera, que dirigió el republicano Nicolás Almiñana y estaba escrito en tono satírico y con trasfondo político.
“..Aixina es que beneixen els temps de Sapata, D. Benigno, D. Santiago y D. Guillermo; aquells administraors mes de una volta li van vore les orelles al llop, es dir, van vore hasta ahon arribaven els ánimos de les operaries quan no estaven contentes en les disposicions dels seus jefes”11
Una nueva etapa se iniciaría en 1887 tras pasar la Fábrica a manos de la Compañía Arrendataria del Tabaco; ya que a partir de entonces la dirección de la empresa amenazaría periódicamente con cerrar las instalaciones, al tiempo que introducía nueva maquinaria y hacía disminuir el personal empleado.
Las cigarreras se percataron pronto de la jugada y la nueva política empresarial fue recibida con disgusto como no podía ser de otra manera. Así, volvieran a promover uno de sus habituales motines en agosto de 1888 tras negarse las operarias de la nueva sección mecanizada de picado a aceptar género de mala calidad; y tratando de arremeter contra las maestras por rebajar a discreción el precio de las tareas.
“..Operaria llecha com un pecat, se dona tono de marquesa y no aprofita pa maldita la cosa. La sort que te ella es que la mestra mira per ella un poc, que si no fora axina ya li farien comprendre lo que es pà de dolor..”12
A la vista que en 1903 eran ya menos de 4.000 operarias, no tardaron en rebrotar las actitudes contrarias a la mecanización que habían aparecido a lo largo de las décadas anteriores.
Su colofón se produjo en febrero de 1908 con el que sería el último motín de las cigarreras alicantinas, llegando a incendiar las cajas que contenían las máquinas y la empresa, en represalia, amortizó las vacantes que se iban produciendo; y echando cuentas Paco Moreno nos recuerda que en 1914 quedaban sólo 2.952 -aunque aún era la mayor fábrica de España-.
El plan trazado por la empresa siguió de forma inexorable y en 1920 se estableció el primer elemento mecánico, un generador de vapor para activar los aparatos dedicados a picar el tabaco; y más tarde, en los primeros años de la década de 1930 funcionaban ya más de 500 máquinas y sólo una parte muy insignificante de la fabricación era manual.
A pesar de que en 1920 se intensificó la mecanización y entraron nuevas operarias -hijas de las “fabricantas”-, en los años treinta sólo quedaban 2.426 trabajadores y trabajadoras, una minoría de las cuales todavía trabajaba manualmente.
Tratando de extraer conclusiones de nuestro relato, podemos decir que el motín de 1887 supuso un punto de inflexión en la evolución sindical de las cigarreras alicantinas, ya que en la década siguiente se mostraron predispuestas a abandonar sus viejas prácticas gremiales.
En este sentido, secundaron un paro obrero en la fábrica durante la jornada del primer 1º de mayo de 1890, y -como apunta Paco Moreno- disolvieron en 1893 la vieja Hermandad de las Cigarreras alicantinas a la que hemos aludido antes, ya que en un suelto publicado por el diario católico El Alicantino se aludía a la satisfacción que reinaría por ello en el periódico socialista El Grito del Pueblo, que había desarrollado ..una constante campaña denunciando los abusos que en ella se cometían.
“..Pues viva la Pepa, y la Luisa Michel, que es toda una ciudadana cigarrera de nuestra fábrica de Tabacos, muy barbiana, leída y “destruida” como la que más…”13
Acabaremos este escrito citando a una de las cigarreras más recordadas y queridas, Asunción Lledó Alarcón [¿? / Alicante, 27-07-1927]. librepensadora y espiritista residente en el barrio de Carolinas que era maestra del taller de cigarros fuertes y fue una de las iniciadoras de La Feminista en 1910.
Enfundada siempre en su delantal blanco, todos la veneraban en la cárcel o en el hospicio, donde acudía de forma regular a llevar donativos, ropa o comida; y no se perdía una sola manifestación, a las que asistía siempre con una vieja bandera republicana de la época del Sexenio, la misma que cubrió su ataúd al fallecer ya anciana, en plena dictadura de Primo de Rivera. Esta enseña fue donada a la Juventud Republicana de Las Carolinas que luchó con ella durante la guerra.
“Fábrica de Tabacos. Taller de Picao. Pues señores, se poía fer novela de una operaria que el seu nom de pila es Asunción, pero no se perque cuestió vol que li diguen la señoreta ¡Ja! ¡Ja! Vamos sera menester que li deixen els anteocos, perque ella aspira a ser merescala dic chinerala. El atre día armá el gran escándalo en el taller ya mensionat, armanse la de San Quintín..”14
Con este escrito introductorio queríamos enmendar el grave error cometido de forma colectiva con las cigarreras alicantinas, que como hemos visto aquí no solo demostraron tener más conciencia de clase de la que se le atribuye generalmente; sino además tenerla ya cuando aun no se había inventado ese concepto. En este sentido, podríamos resumir que se asocian a parámetros de reivindicación pre-industrial, marcados por antimaquinismo, el higienismo industrial y el feminismo de clase, llegando a plantear algunas de las primeras reivindicaciones de genero en el ámbito laboral de las que tenemos constancia.
“Cigarreras eran las que llevaron a cabo un motín ludita y las que hicieron numerosas huelgas y plantes para mejorar sus condiciones laborales y económicas por el bien de su familia. Son las que iniciaron un asociacionismo reivindicativo y asistencial pionero en España..”15
Aprovecho para admitir mi error al empeñarme en cuestionar su combatividad y su particular manera de entender la lucha obrera.
Teresa, cuanta razón tenías. No solo fueron la fuerza de choque necesaria, junto a los portuarios, para detener toda una ciudad… Las cigarreras son las verdaderas madres del movimiento obrero y de ellas heredaron los alicantinos su espíritu luchador, social y obrero.
NOTAS:
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1Ver, La Lealtad 24-09-1914. También, Valdés Chapulí: La Fábrica de Tabacos de Alicante. Caja de Ahorros del Mediterráneo. Alicante, 1989.
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2El ECO del Comercio 09-06-1834. Uno de sus funciones debió ser hacer frente a las habituales paradas en la producción, derivadas de la irregularidad en el suministro de materia prima. Ver, Valdés Chapulí: La Fábrica de Alicante: La producción del tabaco, el trabajo de la Cigarrera, La Gestión empresarial. Nuevo Lunes, Madrid, 2017, pp. 27-36. También, Mensajero de las Cortes 18-02-1835; Diario de Alicante 25-06-1925.
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3El ECO del Comercio 17-08-1842. También se encuentran en aquellas semanas noticias de una grave crisis económica por la que atravesaba la provincia de Alicante que llevaba a muchos a la emigración a Argelia. También, El Correo Nacional 28-04-1842; La Correspondencia Alicantina 10-12-1899.
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4El CATÓLICO 07-05-1851. Las alicantinas se avanzaron en algunas semanas a las madrileñas, que protagonizarían unos sucesos similares. Hasta 1847 no finalizarían las obras de ampliación del puerto que aumentaría el comercio de tabaco; y la fábrica había tardado algo más de un año en volver a funcionar a buen ritmo tras el desastre, ..“La fábrica de cigarros continúa del mismo estado: esciten vds. el restablecimiento de las labores; y también que la empresa salga de la nociva nulidad con que hasta ahora se la conoce aquí y que no complique mas la situación de este pueblo..”, El Clamor Público 13-06-1844. También, Diario de Alicante 07-03-1908.
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5La CORRESPONDENCIA de España 23-01-1863. En 1857, las operarias de Coruña quemaron las primeras máquinas, y poco después las introducidas en la Fábrica de Sevilla dejaron a un buen número de cigarreras en paro. En las instrucciones del régimen interior de la fábrica de Alcoy, 1858, se estipulaba la relación de subordinación respecto al administrador de la fábrica, y sus facultades para solucionar los habituales motines y conflictos por cuestiones organizativas. Ver, Valdés Chapulí: La Fábrica de Alicante. Ob. Cit, pp. 76, 145-146.
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6La ESPAÑA 18-05-1868. La Asociación de Nuestra Señora del Remedio estuvo presidida por mujeres de la alta burguesía alicantina y apoyada tanto por el Obispo como por la Diputación, desplegando una intensa labor de socorro a la infancia pobre en los años del Sexenio, organizando rifas y funciones teatrales para sostener sus escuelas y servicios asistenciales gratuitos; aunque la cosa cambió bastante tras la Restauración, … “Cada día va siendo más necesario ampliar el número de niños acogidos por esta Asociación. El local donde fue establecido llenaba completamente las condiciones precisas en aquella época: hoy es insuficiente para albergar a los 150 niños que concurren, e imposible por lo tanto atender a las justas reclamaciones hechas por las operarias que, pobres, con criaturas pequeñas y sin familia, se ven en la alternativa o de dejar sus niños abandonados, o perder el jornal..”, El Constitucional 29-07-1874. Ver, Lanceta: De Mi Madre He Heredado. Mujeres e industria tabaquera en Alicante. También, ROCA: Guía de Alicante. Manual del alicantino y del forastero. Alicante, 1883.
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7La DISCUSIÓN 24-04-1870. En 1863 fueran destituidos conjuntamente en 1863, el administrador-jefe, el contador y el pagador de la Fábrica de Tabaco de Alicante, aunque fueron repuestos un par de años después. El escalafón laboral lo encabezaban las maestras, seguidas de las porteras, continuaba con las capataces, las amas de rancho también llamadas cuadrilleras, y finalizaba con las operarias y aprendizas. También, Reglamento para el mejor servicio de la Hermandad de Socorros Mutuos de la Fábrica de Tabacos de Alicante. Imprenta de la Viuda de Ibarra. Alicante, 1868.
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8El CONSTITUCIONAL 14-05-1873. El Club Republicano Femenino quizás estuviera situado inicialmente en el Club Republicano Federal de la calle San Francisco, aunque es más verosímil ubicarlo en el Club de San Antón, que estaba en la calle de La Parroquia. Ver, Espigado: Las primeras republicanas en España: prácticas y discursos identitarios [1868-1874]. Historia Social, 67, 2010, pp. 75-91. También, El Pensamiento español 14-07-1869.
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9El CONSTITUCIONAL 01-08-1874. Este mismo director, Vicente R. López Zapata, desde que tomó posesión del cargo en julio de 1874 endureció los registros de las operarias a la salida, aumentó las sanciones y puso candados en todos los almacenes. Tras un impás en el que fue suspendido del cargo, fue repuesto a mediados de 1875 y continuaría como administrador-jefe hasta 1881. El 22 de julio de 1876 tuvo lugar un conato de incendio, que provocó una avalancha en la que murieron 2 mujeres y un niño; y tras lo cual el ayuntamiento exigió a la dirección que montara una enfermería atendida por profesional cualificado.
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10El CONSTITUCIONAL 14-03-1885. Por entonces la Fábrica de Alicante contaba con los siguientes talleres: Habanos peninsulares, fuertes, comunes, cigarrillos finos, cigarrillos comunes, embotado, desvenadoras y formadoras de cartuchos.
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11 El CULLEROT 03-09-1893. Al parecer solo editaron un par de números antes de ser prohibida su circulación, siendo sustituido por La Sigarrera alicantina, ..“No profesa la cigarrera un cuerpo de doctrinas enlazadas y coherentes, pero conoce esas ideas que se trasmiten por eléctrico modo en los talleres, en las asociaciones trabajadoras todas [..] Si a la condición de jornalero se une la de mujer, y mujer impresionable, resultará un republicanismo efervescente como la magnesia, pero en el fondo bastante inofensivo”, Pardo Bazán: La Cigarrera, La Ilustración Artística 26-07-1886.
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12El CULLEROT-Alicante 05-12-1897. Como apunta Teresa Lanceta, desde que se hiciera cargo de la fábrica la Compañía Arrendataria del Tabaco en 1887, al fallecer una empleada se admitía el ingreso de las huérfanas de 7 a 10 años, una edad inferior al mínimo marcado por la compañía que era de 14 años. También, El Alicantino 06-09-1888.
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13El ALICANTINO 20-04-1892. La casa cuna y escuela para hijos de las cigarreras abierta en 1867, había sido trasladada en 1878 a otro inmueble en el cercano paseo de Campoamor, recayendo su administración en diferentes órdenes religiosas entre 1884 y 2013. También, El Alicantino 24-10-1893.
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14El CULLEROT-Alicante 07-03-1897. El 16 de agosto de 1896 fueron detenidas Asunción Lledó y Mariana Cortés por encabezar una comisión de mujeres que protestaba ante el gobernador por el embarque de soldados hacia la guerra de Cuba.
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15LANCETA: De mi madre he heredado. Mujeres e industria tabaquera en Alicante. Gracias a su intermediación e insistencia, lograron que se realizaran ciertas mejoras urbanísticas como la llegada de la luz eléctrica a la zona o que se extendiera la red de alcantarillado. Ver, Valdés Chapulí: La Fábrica de Alicante. Ob. Cit, p. 46.