En octubre de 1914 estalló en la fábrica de Aznar una de las huelgas más duras de toda la historia proletaria de la ciudad de Alicante, que puso a prueba precisamente a la recién nacida Confederación Nacional de Obreros Metalúrgicos. A primeros de ese mes fueron despedidos catorce obreros de la Fundición Aznar, alegando los patronos “las circunstancias actuales“, es decir, el impacto de la guerra europea. Anunciaban, además nuevos despidos. Los obreros, por su parte -y aplicando precisamente uno de los acuerdos del reciente Congreso Nacional. propusieron un reparto de jornales y horas de trabajo entre todos ellos para que nadie fuese despedido1. Ante la intransigencia de la empresa, abandonaron el trabajo el día 3 de octubre casi cien empleados en su Calderería. El comité de huelga comenzó inmediatamente una campaña de información pública2; anunciaban su propósito de exigir a los patronos que “abonen los perjuicios causados“, es decir, los jornales devengados durante toda la duración de la huelga, y visitaron al Gobernador Civil para recordarle las Bases que se firmaron en su presencia el año anterior.

Según Diario de Alicante -que habitualmente contaba con publicidad de los Talleres Aznar- “a estos obreros les asiste toda la razón en estos momentos“. Pero al día siguiente daba acogida a las protestas de la empresa, según la cual los efectos de la guerra mundial les obligaban a reducir la producción y al cierre paulatino de la Calderería3. El Comité de huelga replicó el día 15 de octubre: el patrono podría reducir la jornada hasta las ocho horas, su había falta de trabajo; todo antes que proceder a despidos: “Nosotros no pedimos más que, si hay por ejemplo tres días de trabajo a la semana, que se repartan entre todos, con el fin de que podamos comer todos, aunque sea pan solamente“. Y señalaban que los despedidos eran, precisamente, “los que se han distinguido en las luchas sociales4. Nos encontramos, pues, ante un nuevo ataque de la Fundición Aznar contra el derecho de asociación obrera, consecuencia inmediata del citado Congreso nacional y de la fijación en Alicante de su Comité Nacional. Se trataría, creemos, de una prueba de fuerza de la empresa.

ram del metal1El 16 de octubre se celebró una asamblea de Metalúrgicos, con asistencia de casi quinientos obreros, presidida por Arturo Vidal -que también presidía “La Montadora”-. La propuesta del comité de huelga de someter la cuestión que había motivado el conflicto a un Tribunal Industrial fue rechazada por la asamblea, por considerar que tal gestión sería inútil. En otra asamblea posterior, se protestó de la falta de solidaridad de los compañeros de la Fundición de Rodes y se acordó iniciar una campaña de mítines, con otras sociedades obreras, para informar y concienciar a los trabajadores5.

Entre tanto los obreros Bardisa y Botella -que habían sido enviados por “La Montadora” como delegados al Congreso Nacional de Metalúrgicos celebrado en Valencia- informaron del acuerdo, tomado allí por unanimidad, para ingresar la Federación en bloque en la CNT “por ser una de sus bases (de la Federación) el emplear la acción directa con todas sus consecuencias6. Esta clara decantación pro la línea cenetista provocó el rechazo por parte de la prensa local y una actitud precavida y atenta por, parte de las autoridades.

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En el primer aspecto, destaca el cambio de posición de Diario de Alicante, que aseguraba que los obreros iban perdiendo simpatías por su extremismo, pues habían abandonado el tono ecuánime que hasta entonces habían adoptado, y calificaba de sinceros a los patronos: “Los señores Aznar venden a quien quiera su taller: el cierre definitivo es seguro y bien meditado7. El Comité de huelga replicó en una nota a la prensa y en una hoja profusamente repartida por la ciudad8: los patronos no daban la cara, sino que acudían a los buenos oficios de Diario de Alicante; recalcaban además los obreros que lo importante en aquel conflicto no era lo material -los salarios devengados sino la razón moral y la solidaridad con los obreros despedidos. Y pedían la opinión de los mediadores en la anterior huelga, Rubert y Federico Clemente, puesto que la empresa conculcaba las bases entonces pactadas9.

Por su parte, las autoridades tomaron fuertes precauciones ante un mitin celebrado el 25 de octubre en el Centro de Sociedades Obreras, con adhesión de varias sociedades obreras alicantinas10, un telegrama de apoyo de los compañeros de Alcoi11 y llamamientos a la “huelga general revolucionaria como único medio de combatir al odioso capitalismo“. Asistieron al mitin unos quinientos obreros y algunos oradores -José Montesa y Carlos Botella- fueron llamados al Gobierno Civil para dar cuenta de sus expresiones12.

Durante el mes de noviembre continuó la huelga, como inútiles intervenciones del Gobernador Civil, intentos de los metalúrgicos de conseguir la solidaridad de todos los oficios, mítines, notas a la prensa, etc. El 3 de noviembre se comunicó al Gobernador Civil -que había iniciado gestiones con Aznar y Badía- que diversas sociedades obreras estaban dispuestas a llegar a la huelga general si no se resolvía el conflicto, tras un mitin en el que todos los oradores “abogaron por la acción directa en las luchas sociales“. Algunos trabajadores de otros oficios se unieron a la huelga, que no llegó a ser general; grupos de parados recorrían las calles en actitud pacífica13.

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El Comité de huelga publicó un manifiesto a la opinión pública, explicando a los patronos que la actitud de los trabajadores no era propia de “gente exaltada, apasionados innobles o característicos anarquistas“, sino de obreros conscientes “ante vuestros descabellados procedimientos“; recordaban que unos veinte de los trabajadores en huelga había sufrido accidentes en los talleres de Aznar, “debido a las malas condiciones que en esa vuestra casa se trabaja“, y cómo durante treinta años, los Aznar se habían enriquecido gracias al esfuerzo de los trabajadores, a los que ahora “arrojáis cual ruin escombro al montón de la miseria para que perezcan con sus hijos de la repugnante inanición“; y pedían a la prensa y al pueblo en general que no les pidieran “mesura” y criticasen, en cambio, la intransigencia patronal14.
Algunos periódicos apoyaban decididamente a los trabajadores, en especial Alicante Obrero y Periódico para Todos, en el cual un socialista, Francisco Castelló Fayos, pese a las diferencias de táctica, abogaba por los huelguistas y criticaba a los patronos por no haber respetado el acuerdo anterior, según el cual la disminución de trabajo no daría lugar a despidos15.

El día 15 de noviembre se produjo el primer incidente de gravedad. En un mitin celebrado en la Casa del Pueblo -con intervención de varios líderes anarcosindicalistas como Juan Gomis, Vicente Gil, Segundo García y José Bardisa, así como el demagogo radical José Llorens-, los oradores lanzaron “duros ataques a los patronos y a las autoridades” y se aprobó por unanimidad protestar de la conducta parcial del Gobernador Civil y de la intransigencia de Aznar. Acabado el mitin, los obreros se dirigieron en manifestación para presentar esa protesta ante del Gobernador Civil, pero la policía intervino para desarticular los grupos, pese a lo cual una comisión consiguió entregar las conclusiones del mitin16.

A fines de mes aumentaron los rumores de posibles paros en solidaridad de los obreros de la Fundición Rodes y se hablaba de un paro general, que en un primer momento se fijó para el 25 de noviembre, aunque se aplazó para tratar de llevarlo a cabo en toda la provincia. Los anarcosindicalistas veían en esta huelga de Aznar una buena ocasión para movilizar a los obreros alicantinos.

La huelga continuó en diciembre. pese a las gestiones del Gobernador Civil, el patrono se mostraba intransigente y afirmaba que “no puede por ahora reanudar el trabajo, porque las circunstancias en que se desenvuelve la industria son las mismas17. El conflicto se fue radicalizando cada vez más, como se puso de relieve en el mitin celebrado el día 6 de diciembre en Centro de Sociedades Obreras, con una enorme concurrencia: mandaron adhesiones sociedades obreras de Alicante, Elda, Villena, Crevillent, Novelda y Aspe -lo que parece explicar la idea de los metalúrgicos de extender el paro a toda la provincia- y representantes de los metalúrgicos alcoyanos prometieron su solidaridad ante los rumores de que Aznar estaba gestionando que le hicieran determinados trabajos en Alcoi. Los oradores se mostraron partidarios de la huelga general, afirmando que “el pan se busca y no se pide” y que “el obrero prefiere morir en la calle y no al pie de su maquinaria“, por lo que “es preciso vencer o morir“. Para algún orador, lo que sucediera con los metalúrgicos iba a ser decisivo para el porvenir de todas las sociedades obreras de la provincia, pues los patronos sabrían si podían deshacerse de ellas18. Todos los oradores fueron llamados a declarar ante el Juez de Instrucción por sus palabras19.

“La Montadora” decretó entonces el boycot a Diario de Alicante, por “hacer propaganda contra la actual huelga” -lo que provocaría, a su vez, que el citado periódico dejase de informar de la misma-20. Luego, los huelguistas obtuvieron un señalado éxito al conseguir la solidaridad de los metalúrgicos alcoyanos, que se declararon en huelga al negarse los patronos del sector en la ciudad -Aznar, Rodes, Boronat y Botella- a firmar un documento en el que “se comprometían a no dar a sus operarios ningún trabajo que proceda de alguno de los talleres en huelga de Alicante21. Se produjo entonces una nueva, e infructuosa, intervención del Gobernador Civil: los patronos ofrecieron abrir sus talleres y admitir “a los que puedan“, pero los obreros se mantuvieron firmes en su actitud de volver todos al trabajo “aunque corresponda tan solo una hora a cada uno22.

Cuando terminó 1914 aún continuaba la huelga. Los metalúrgicos organizaron veladas artísticas para recaudar fondos23 y anunciaron que habían pedido trabajo a varias casas de Burdeos, pues estaban dispuestos a esta “emigración honrosa” antes que a transigir en un conflicto “motivado por la informalidad de la empresa al no respetar las bases acordadas24. El V Congreso de la Federación Metalúrgica, afectos a la UGT y al que no asistió ningún representante alicantino, envió un telegrama a “La Montadora” deseándole éxito en su lucha contra Aznar25.

metalurgico_06A primeros de 1915, los metalúrgicos hicieron una intensa campaña para conseguir la solidaridad de la clase obrera de la provincia y de España entera: publicaron un llamamiento de “La Montadora” a todas las sociedades obreras españolas, pidiendo ayuda para esa huelga de 400 obreros por el despido de 14 compañeros26; aparecieron en la prensa afín listas de donativos para los huelguistas y la noticia de que en Gijón se seguía con enorme interés el desarrollo del conflicto, cuyo resultado se consideraba trascendental por residir en Alicante el Comité Nacional de la Confederación Nacional de Metalúrgicos27. En Alcoi continuaba la huelga en solidaridad con los metalúrgicos alicantinos28, se celebró un mitin para explicar esa postura y recaudar fondos para los huelguistas29, pero a finales de enero se fue resolviendo el conflicto, firmando los trabajadores contratos parciales y reintegrándose paulatinamente al trabajo30. En Elche se celebró un mitin en el teatro Llorente para apoyar a los huelguistas31 y también en Elda se llevaron a cabo mítines de solidaridad.

La situación de los huelguistas se hacía cada vez más difícil. No creemos cierta la noticia que dio Alicante Obrero32 sobre la muerte por hambre de un huelguista, pero lo cierto es que la situación se agravó tanto que el Ayuntamiento de Alicante, a propuesta del alcalde Campos, concedió una ayuda de 3.000 pesetas, con cargo al presupuesto de imprevistos, para los metalúrgicos en huelga33. La prensa afín seguía apoyando a los huelguistas: así, Periódico para Todos hablaba de “una resistencia heroica“, semejante a la de Bélgica frente a los alemanes, y les elogiaba por “preferir el dolor del hambre a ese otro, el dolor brutal que produce el latigazo del patrono que logra vencer en estas contiendas obreras34. Y para El Luchador y Alicante Obrero, la huelga se prolongaba por la actitud parcial de las autoridades: “Si en vez de ser el patrono el culpable, el intransigente, el que no hizo honro a su firma ni respetó sus propios compromisos lo fueran los obreros, a estas horas la Guardia Civil habría solucionado el conflicto”35. En cambio, otros periódicos hablaban de las amenazas y agresiones de los huelguistas a Aznar, Badía y una anciana, lo cual fue desmentido por el Comité de huelga36.

Algunos obreros comenzaron a ceder a fines de enero37, aunque la mayoría de mantuvo firme38, aunque intentó llegar a un acuerdo con la patronal, que se mantuvo intransigente. Las fuerzas de seguridad controlaban los talleres de Aznar, algunos esquiroles se querellaron contra el Comité de Huelga y el conflicto tomó características más alarmantes por el aumento de esquiroles.

En el mes de febrero comenzaron los incidentes, casi diarios, entre esquiroles y huelguistas. El día 1 se abrieron los talleres con los esquiroles y diecinueve de ellos denunciaron ante el Gobernador Civil que los huelguistas “se personaron en actitud hostil y trataron de obligarles a salir inmediatamente; después trataron de agredir al señor Aznar39. Los insultos, apedreamientos, cargas de la Guardia Civil a caballo se repitieron los días 6 y 8 de febrero. Fueron detenidos dos huelguistas por coacción y la prensa pidió la intervención mediadora de las autoridades ante la gravedad de los acontecimientos40. El Comité de Huelga reconocía implícitamente los hechos, cuando afirmaba que no se trataba de acuerdo general alguno, sino de iniciativas particulares41. Ante la proliferación de incidentes, los patronos Aznar y Badía decidieron de nuevo cerrar los talleres y anunciaron que se daban de baja en la contribución industrial42.

Los huelguistas alicantinos recibían muestras de apoyo y aliento de compañeros del resto de España. Así el Comité Regional de Metalúrgicos Catalanes publicó un manifiesto dirigido a todos sus compañeros de Cataluña en el que advertían que, según sus noticias, los patronos catalanes del ramo habían prometido a Aznar enviarle los obreros que le hiciesen falta; como no había muchos compañeros en paro, no sería posible esa “hazaña” patronal, pero por si alguno que lo estuviese ignorase lo que estaba sucediendo en Alicante, le ponían sobre aviso sobre lo que les podía ocurrir, pues los huelguistas de Aznar acudían diariamente a la Estación y al muelle para “recibir” adecuadamente a los esquiroles. Recordaba el Comité que “la causa de los alicantinos es la nuestra” y pedía a todos los compañeros que no se prestasen a ir a Alicante porque mancharían a “esta Cataluña que aún conserva su tradición revolucionaria” y su propia dignidad de hombres43.

La Sociedad Tipográfica “La Minerva”, de Gijón, envió este saludo a los huelguistas: “Metalúrgicos alicantinos: en vuestras manos está depositada hoy la bandera del proletariado organizado, procurad que no la hagan jirones esos malvados con quienes encontráis en lucha44.

ram del metal11Los intentos de mediación llevados a cabo a primeros de marzo por el Círculo Unión Mercantil no dieron resultados45. Los obreros celebraron una asamblea general y tomaron los siguientes acuerdos:

1. Renunciar a toda relación amistosa para solucionar la huelga de la casa de Aznar.

2. Presentar denuncia por incumplimiento de contrato contra lo señores Aznar, a los tribunales.

3. Solicitar de dichos señores la indemnización de doscientas mil pesetas por perjuicios causados por incumplir el contrato46.

Pero ésta era ya una actitud desesperada por parte de los obreros, en situación insostenible. La intransigencia de los señores Aznar y Badía iba consiguiendo lentamente sus propósitos y a finales de marzo, los obreros aceptaron la intervención del Gobernador Civil, con lo que se llegó a un acuerdo y el 29 de ese mes regresaron al trabajo 400 obreros. En los talleres de Fundición y Ajuste entraron todos los ocupados antes de la huelga, pero en la sección de Calderería sólo la mitad47.

El Comité de Huelga de los metalúrgicos presentó el final de la huelga como un triunfo parcial de los trabajadores: habían sido readmitidos los catorce obreros despedidos, pero aceptaban que “no ha sido un triunfo completo lo que hemos conseguido, aunque así se podría calificar, si tenemos en cuenta las circunstancias en que atravesamos y con la clase de patronos que teníamos que luchar48. Ésta era una apreciación optimista, pues si hubo alguna concesión por parte de los patronos, éstos consiguieron que en una de las nuevas Bases de Trabajo los obreros aceptasen la libre contratación de trabajadores49, lo cual beneficiaba mucho a la empresa. La huelga fue muy dura y era prácticamente imposible que los metalúrgicos alicantinos consiguieran algo más de lo que lograron, pues las circunstancias eran muy favorables a los patronos por falta de pedidos debida al marasmo que, en los primeros momentos, causó en el mercado la guerra europea. Como comentaba un periódico, “pocas huelgas habrá registrado el proletariado español tan rudas y tan largas como la que nos ocupa, y en la que el obrero ha patentizado su cordura y ha sabido luchar a brazo partido con las necesidades del vivir, sin que su entusiasmo haya decaído un momento50.

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NOTAS:

1Diario de Alicante, 1-X-1914. El acuerdo del Congreso decía: “Con el fin de evitar el despido de obreros en caso de crisis de trabajo, acuerdan los congresistas reducir la jornada“. El Socialista da información sobre el inicio de esta huelga los días 1, 5 y 7-X-1914.

2Hoja explicando su postura publicada en El Popular, 7-X-1914 y repartida por las calles de Alicante.

3Diario de Alicante, 23 y 24-X-1914; Periódico para Todos continuaba apoyando a los obreros y Francisco Asensi, en una “Tribuna Libre” afirmaba: “La ambición y la soberbia de estos burgueses han hecho que el pueblo de Alicante tenga puesta su atención en el desarrollo de este conflicto“.

4Diario de Alicante, 15-X-1914.

5Diario de Alicante, 17 y 20-X-1924, La Unión Democrática, 21-X-1914, y El Socialista, 18 y 22-X-1914.

6Periódico para Todos, 21-X-1914.

7Diario de Alicante, 27-X-1914.

8Titulada “¿Miedo o descortesía?”.

9Periódico para Todos, 31-X-1914.

10“La Marítima”, “La Terrestre”, “La Defensa”, de toneleros; “El Gramil”, “La Luz del Día”, “La Defensa” de obreros de fábricas y almacenes, “La Paz”, “La Lucha”, “Andaluces”, “La Organizadora” y “La Constructora” (Diario de Alicante, La Unión Democrática y Periódico Para Todos, 26-X-1914).

11El telegrama decía: “¡Loor, valientes! Metalúrgicos alcoyanos defienden, Felicitación entusiasta y conmemorarán triunfo vuestro“.

12La Unión Democrática, Diario de Alicante y Periódico para Todos, 27-X-1914, El Socialista, 24 y 28-X-1914.

13Periódico para Todos, 2 y 5-XI-1914.

14“¡Ingratos!”, en Periódico para Todos, 9-XI-1914.

15Periódico para Todos, 12-XI-1914. También apoyaba a los obreros El Socialista, 4, 9 y 16-XI-1914.

16El Popular y Periódico para Todos, 16-XI-1914, aseguraba: “La policía pecó ayer de inoportuna, pues los metalúrgicos no trataban de alterar el orden, sino de acompañar a sus comisionados hasta el Gobierno Civil“. Además, se había concentrado en la ciudad gran parte de la Guardia Civil de la provincia.

17Periódico para Todos, 8-XII-1914. Véase también El Socialista, 24 y 30-XI-1914.

18En el mitin intervinieron, entre otros, Esquembre, Segundo García, José Llorens -que criticó a la policía y pidió la destitución del Gobernador Civil-, Juan Gomis, los alcoyanos Francisco Payá y Santiago Gadea -éste último, socialista que afirmó que “es preciso caldear los ánimos y buscar la solidaridad en la huelga general” (Periódico para Todos y El Luchador, 7-XII-1914, La Unión Democrática, 8-XII-1914).

19Según Alicante Obrero, 18-XII-1914.

20Alicante Obrero, 19-XII-1914. Apoyaban este boycot “La Defensa”, de Almacenes, “La Organizadora” y la Junta de Delegados del Centro de Sociedades Obreras, que se dio de baja en la suscripción a Diario de Alicante y El Popular, por su postura favorable a los patronos.

21Alicante Obrero, 16-XII-1914.

22La Unión Democrática, 17-XII-1914.

23En el Teatro de Verano, con una zarzuela -“Una vieja”-, una comedia en valenciano -Cuatre casos fulminants”- y el inevitable “Juan José”, de Dicenta (Alicante Obrero, 18-XII-1914, y Periódico para Todos, 21-XII-1914). También organizaron una becerrada benéfica (El Batallador, 15-XII-1914).

24Alicante Obrero, 31-XII-1914.

25El Socialista, 3 y 5-XII-1914.

26Se publicó en El Socialista, 6-I-1915.

27Alicante Obrero, 1 y 11-I-1915. También ayudó la Casa del Pueblo de Valencia: los cerrajeros acordaron no confeccionar trabajos procedentes de Alicante y los modelistas mecánicos votaron una cuota de ayuda (El Batallador, 20-I-1915).

28Aunque la huelga no era unánime: “En varios talleres trabajan algunos operarios de los que antes de ahora tenían allí empleados, pero no han colocado a ningún esquirol” (El Liberal, de Alicante, 12-I-1915).

29Alicante Obrero, 12-I-1915.

30El Liberal, de Alicante, 21-I-1915, y Diario de Alicante, 22-I-1915.

31La Libertad, 24-I-1915. El sindicalista José Navarro González criticó el poco apoyo prestado por los socialistas a ese mitin, sin duda -dijo- por ser los huelguistas obreros “sindicalistas revolucionarios en el sentido director de ir contra un enemigo común, el capital“.

32“Una víctima de Aznar”, en Alicante Obrero, 13-I-1915.

33Sesión del 9-I-1915. Hubo una instancia previa de los metalúrgicos, que fue apoyada de entrada por los liberales y después, por todos los partidos (La Unión Democrática, 12-I-1915). El Batallador, 14-I-1915, consideró muy importante ese acuerdo “por ser muy nuevo y desconocido en los anales de la historia de nuestro Ayuntamiento y quizás de los de toda España“, pero aseguraba que las tres mil pesetas no servirían de mucho a los 375 huelguistas. Aún intervendría otra vez el Ayuntamiento a favor de los huelguistas, pues abrió con 50 pesetas una suscripción en marzo, para que pudiesen comer en Pascua (sic) (Periódico para Todos, 20-III-1915).

34Periódico para Todos, 12-I-1915.

35Alicante Obrero, 16-I-1915.

36Heraldo de Alicante y La Lealtad. La rectificación del Comité de huelga, en Alicante Obrero, 3-II-1915.

37Se declara traidores a la clase obrera a tres caldereros (Alicante Obrero, 28-I-1915).

38La sección de Calderería, reunida bajo el lema “Igualdad, Fraternidad y progreso”, acordó seguir la huelga con el resto de los metalúrgicos (Alicante Obrero, 29-I-1915).

39La Lealtad, 1-II-1915. El Liberal, de Alicante, de la misma fecha, aludía a unos rumores, según los cuales “se ha llegado a fijar precio a las cabezas de aquellos que acuden a trabajar a los talleres“. Véase también El Noticiero, 3-II-1915, y La Voz de Alicante, 4-II-1915.

40El Popular, 9-II-1915; El Liberal, 7, 9 y 10-II-1915. Antonio Barbero (Periódico para Todos, 6-II-1915) pidió al alcalde que intercediese para que a los hijos de los huelguistas, “a esas inocentes criaturas“, no les faltase por más tiempo un pedazo de pan.

41“Al Pueblo de Alicante”, en Alicante Obrero, 10-II-1915.

42La Unión Democrática, 12-II-1915; El Popular, 10 y 11-II-1915; Diario de Alicante, 10-II-1915, y El Noticiero, 11-II-1915.

43El Batallador, 10-II-1915; Alicante Obrero, 12-II-1915.

44Alicante Obrero, 16-II-1915.

45La Lealtad, 1 y 2-III-1915 (“Noble iniciativa”), El Día y La Unión Democrática, 10-III-1915.

46Alicante Obrero, 3 y 4-III-1918; Diario de Alicante y El Día, 3-III-1915. “La Montadora” encargó a Eduardo Barriobero, que se encontraba entonces en Alicante, la tramitación de la demanda judicial.

47El Noticiero y El Batallador, 29-III-1915. Poco después, en la prensa alicantina, Aznar y Badía se dirigían a sus clientes anunciando el final del conflicto y anunciando que estaban preparados para servir nuevos pedidos (El Día, 31-III-1915).

48Alicante Obrero, 26-IV-1915.

49El Noticiero, 29-II-1915, y La Unión Democrática, 30-III-1915.

50Periódico para Todos, 29-III-1915.

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