Hemos creído necesario hacer memoria en este documento sobre la visión que tenía el anarquismo respecto a los cabarets encanallados del barrio Chino de la década de 1930, y averiguar como se afrontó el proceso de socialización en este sector a partir del 19 de julio de 1936.
Los años 30 fueron los del boom del barrio Chino, que incluso venía reseñado en las guías de viajes de medio mundo como resort de diversión nocturna. Hoy día, diríamos que estaba sufriendo un primer proceso de turisficación. Se le conocía como el barrio de los 100 Cabarets.
De sus calles, donde tanta sangre proletaria se había vertido, casi habían desaparecido por completo los librerías de viejo donde se formaron las conciencias anarquistas más recias, las imprentas clandestinas o las sedes de los sindicatos más combativos, las redacciones de cabeceras emblemáticas como La Soli o Tierra y Libertad. Ya no quedaba casi nada de aquellos tiempos, tan solo permanecía inmutable la mole negra de Montjuich, como telón de fondo de la miseria y la violencia.
La construcción de la leyenda del barrio Chino como meca del sexo y la delincuencia, venía al pelo para completar la demolición de la memoria obrera del Distrito V; lo que el viejo Valle Inclán definía como el estilo salvaje y catalán característico de Barcelona. Incluso se encumbró en los primeros puestos del ranking editorial, un nuevo subgénero literario que tomaba al barrio como escenario, donde nuestra protagonista y el resto de integrantes del ramo de las Flores de Tè, tenían reservado un papel estelar.
Salvo honrosas excepciones, estos escritos oscilaban entre lo policial y lo sórdido, en muchos casos ocultando -o ni siquiera eso- la intención de asociar el anarquismo con la violencia o la delincuencia común; por motivos que todos podemos imaginar. El formato debió tener éxito, sobre todo en la vecina Francia, ya que al menos se estrenaron dos largometrajes que incluían escenas en las que aparecían la calle del Cid o el interior de La Criolla. Una de ellas es La Bandera, estrenada en 1935; y la otra Marie de la Nuit, en 1936.
“Mientras que a la Criolla acudía un público popular, compuesto por trabajadores y clase media, con las naturales incursiones de extranjeros, Casa Sacristán era casi exclusivamente un feudo de seudo-intelectuales, bohemios y la parte del sindicalismo que se tiene por ilustrada, y que disculpaba su presencia afirmando que ..estudiaban los defectos burgueses.”1
Para criminalizar el anarquismo y emborronar el pasado revolucionario del Distrito V, que era como apuñalar el corazón obrero barcelonés, se sirvieron de establecimientos como La Criolla.



















Para desmontar estos mitos debemos regresar a la Barcelona de las décadas de 1920 y 1930. Lo primero que apreciaremos, es que efectivamente hubo anarquistas que frecuentaron los antros del Distrito V, donde nos consta que circulaba la propaganda ácrata. Sin embargo cabría distinguir entre los que iban allí con actitud redentora como Salvador Seguí; y otros que lo hacían por simple sadismo estético como Pedro Luis de Gálvez.
“El tercer número d’El Pasquín del Poble, a instancies dels clericals ha estat denunciat per escàndol públic. El senyor Rucabado, a que van donar tant mal de ventre les aventures de la Verge Maria al barri xinés que explica Samblancat en el seu pasquí, deu estar satisfet..”1bis
Incluso se podría hablar de una corriente de opinión favorable a este tipo de ambientes decadentes, que se sustentaba a lo largo del tiempo en las ideas de Rabelais, Sade, Shelley, Fourier, Tucker, Nietzsche o Armand. Con cierta sorna, los acólitos de La Criolla sostenían, que para ser anarquista había que pasar una noche allí, donde lo miserable y lo bello se confundían. Entre ellos contamos a grafómanos anarquistas o simpatizantes libertarios como Ángel Samblacat, Sanxo Ferrerons, Adolfo Bueso, Salvat-Papasseit, Antonio de los Hoyos, Ricardo Opisso, Les, Helios Gómez, Eduardo Barriobero, Pedro Luis de Gálvez, Mateo Santos, Francisco Carreño, Alejando Gilabert, Martínez Rizo o Fernando Pintado.
“Los individualistas de nuestra especie combaten el celo sentimental-sexual, el propietarismo corporal y el exclusivismo en el amor […] propagan la tesis de la “camaradería amorosa”. Ellos reivindican TODAS LAS LIBERTADES SEXUALES (desde luego, no de las violentas, de dolor, de engaño o de venalidad), incluso el derecho de educación, de publicidad, de variación, de fantasía y de asociación..”2
Sin embargo, no es menos cierto que esta actitud iconoclasta y vitalista, que implicaba por lo general una visión tolerante y comprensiva de la homosexualidad, era minoritaria en el anarquismo ibérico.
Por contextualizar el asunto, no nos consta que se pusieran reparos a que La Gandula, nombre que se dio a la ley de vagos y maleantes de 1932, se ensañara de forma especial con los homosexuales y travestis de la calle del Cid. Más aun, cuando saltaba a la vista que todo ello vino reforzado por una campaña contra la inmoralidad de tintes xenófobos, especialmente durante los años del bienio negro republicano. Con la excusa de la prostitución, alentaron la prohibición de espectáculos de cabaret y aplaudieron la persecución de homosexuales o travestis, a los que a veces se rapaba a modo de escarnio.
Pero no perdamos la perspectiva. Lo que molestaba a los ciudadanos más heteronormativos era que los llamados Mamaratxos del carrer Nou se hicieran visibles más allá de los límites del barrio.
Así sucedió tras el certamen de Miss Barrio Chino, celebrado en La Criolla a principios de abril de 1934, ya que lograron colar a su candidata en el concurso de Miss Barcelona con el consiguiente escándalo. Otro tanto pasó con la rúa del carnaval del Distrito V, donde todos los años desfilaba una carroza de La Criolla secundada por la fauna y flora del local, al son de música negra y tangos. Sin embargo, en 1935 se atrevieron a pasar por las Ramblas, siendo disueltos por la policía.
“Es una carnavalada surrealista, freudiana y jocunda. Los clientes de La Criolla y Sacristà se echan este día a la calle con el subconsciente a flor de piel. Uno lleva un letrero que dice Miss China; otro, Miss Tela, Miss Terio, Miss Eria, Miss Issippi, Miss Erable. Y así, por el estilo. ¡Qué ciscos formidables se arman a su paso!..”3
Y ante el panorama. ¿Cual fue la reacción mayoritaria de las y los anarquistas? ¿Salieron a la calle para reclamar la utopía sexual al grito de ..Pan y Orgasmo?. Pues más bien al contrario. Olvidando cuales eran las cuestiones que debía atender toda república bien organizada, como diría Cervantes, La Soli pidió en varias ocasiones echar abajo el barrio Chino para hacer desaparecer las miasmas que causaban enfermedades como la homosexualidad o la prostitución. Aunque sea solo un ejemplo, ésta era una posición bastante extendida en los medios anarco-sindicalistas; ni muy original, ni alejada en este caso de la postura sostenida por el Colegio de Arquitectos, o de los medios burgueses.
“Tot era brugit; miralls enlluernadors i begudes exòtiques. Tabacs egipcis i perfums de Turquia. Literatura revolucionària i àpats endarrerits, opi i morfina. Vici i, sobretot, misèria..”3bis
No se trata de negar que hubiera anarquistas que frecuentaban los tugurios del barrio Chino, donde el respetable era por lo general de extracción popular y obrera; ni menos que locales como La Criolla jugaran un papel circunstancial en algunos momentos. Por ejemplo, los problemas que surgieron ante la negativa de la dirección del local a secundar el boicot sindical planteado a la DAMM en 1933. Pero de ahí a sostener, como hizo uno de los detenidos tras los sucesos de enero de ese mismo año, que en La Criolla esperaban unos 800 anarquistas dispuestos a secundar a alzarse en armas, hay un buen trecho. Sobre todo cuando sabemos que el aforo máximo del local era de 300 personas.
“Un día me encontré en un tiroteo entre los monos y los de la FAI. Tenía que atravesar la calle y que tirar contra uno de los dos bandos, porque si no los dos bandos iban a tirar contra mi. “¿Sobre cuáles tiro?”—me dije—. A mí, los de la FAI no me importan nada. Pero los monos si. Saqué la fusca y pasé la calle haciendo fuego contra ellos, entre los fayeros…”4
















Prueba de este distanciamiento entre anarquistas más libertinos y anarquistas más puritanos, como les llamaba José Peirats, es que no hubo protestas -ni siquiera debate- después del 19 de julio, no solo contra el cierre de los prostíbulos, sino de los locales de variedades donde actuaran homosexuales. La contradicción era evidente. Mientras las alcoholeras o los cultivadores de tabaco se sumaban entre aplausos al esfuerzo colectivizador de la CNT, los espectáculos llamados frívolos o sicalípticos se clausuraban.
En contra del ritmo natural del tiempo y las costumbres, los revolucionarios barceloneses dieron un golpe de muerte al barrio más popular y cosmopolita de Europa, auténtico foco de mestizaje cultural en torno a la literatura, la música o el baile. Se perdía así, la primera batalla, la de la propaganda.
“Era entonces que en un desfile de milicianos por las Ramblas descubríamos al maitre del cabaret flamenco Villa Rosa, convertido en capitán, montando un nervioso caballo con consumada maestría, y conduciendo una compañía puño en alto con bandera de la FAI..”4bis
Se dice que fueron Mujeres Libres y las Juventudes Libertarias las inductoras del cierre de los cabarets del Distrito V después del 19 de julio. Entre ellos estaban el Edén Concert de la calle Nou de la Rambla, que pasó a ser sede del Sindicato de Artes Gráficas; o el célebre Molino Rojo del Paralelo, que funcionaría hasta comienzos de 1937 como checa de las patrullas de control de la CNT del distrito centro, aunque también realizaban interrogatorios en el viejo teatro Asiático en la cercana calle del Rosal.
Pese a lo que se ha contado, éstos no fueron los únicos organismos que se incautaron de music-halls, ya que el POUM se quedó con el Principal Palace, cedido luego al Sindicato Único de Espectáculos Públicos de la CNT [SUEP]; y también con el Cabaret Mónaco, donde montaron un centro sanitario. Por otra parte, el mítico Villa Rosa de la calle del Arco del Teatro, se transformaría en sede del Sindicato de Inválidos de la UGT.
“Una retaguardia inactiva es un lastre para la economía [..] No son, pues, los Music-Halls una nota discordante. Son una nota optimista, sumamente necesaria para rebatir el pesimismo, que a nada conduce, en estos momentos. Y son la justa recompensa a esa legión de abnegados artistas que un día y otro se han desvelado para actuar en cuantos festivales se han organizado a beneficio de las gloriosas milicias antifascistas..”5
La prohibición suele aumentar el deseo. Tras el cierre preventivo, los cabarets, dancings y music-halls que no se transformaron en sedes sindicales, hospitales de sangre o centros dedicados a educar al pueblo, fueron reabriendo a partir del mes de octubre por la presión ejercida por los milicianos que regresaban del frente.
























Así, se cuenta que a principios de septiembre de 1936, un nutrido grupo de mujeres que ejercían la prostitución en el Distrito V solicitarían la mediación de Eduardo Barrioberro, director de la Oficina Jurídica, para solucionar la explotación de la que eran objeto en los prostíbulos, los cuales seguían funcionando en formato domiciliario; aconsejándoles éste que formaran un sindicato y se incautaran de los burdeles.
Buena parte de las salas del centro de la ciudad habían sido incautadas por el SUEP, que fue el organismo sindical que impuso su dominio en el sector de los espectáculos. Esto indujo de forma mayoritaria a sus trabajadores a afiliarse a la CNT, creándose comités de control en cada local. Todos ellos reportaban al llamado Comité Económico de Music-Halls que gestionaba su programación. En la práctica, estas salas de espectáculos funcionaron en un régimen de mínimos artísticos, donde se mezclaban consignas políticas y diversión para adultos.
Sería injusto no recordar los intentos de dignificar la profesión y, como, obligaron a algunos cines a dar dos pases finales de variedades, para intentar aliviar el paro en el gremio. A su vez, se transformaron ciertos aspectos incompatibles con el nuevo orden, como por ejemplo las tanguistas -o taxi-girls- que antes cobraban por consumición, y ahora por baile.
“..El cabaret era algo así como el ruedo del vicio; y el Music-Hall la antesala [..] El Music-Hall ha dejado de ser lo que era, convirtiéndose en una pequeña escuela de arte menor que, a no tardar, surtirá de auténticas esperanzas a esos otros escenarios de arte más serio y hondo. Respetemos el voluntario esfuerzo, y ayudemos todos a la liberación. Salud camaradas del nuevo Music-Hall..”6
No fueron pocas las artistas de variedades que se sumaron a alguna de las columnas que salieron hacia Zaragoza o Huesca, como fue el caso de algunos artistas homosexuales afiliados al SUEP. Como tampoco escasearon las y los que que se embarcaron en alguna de las caravanas de artistas que circularon por los frentes de Aragón durante el verano-otoño de 1936, organizadas por diversos sindicatos o partidos políticos.
Sin embargo, a principios de 1937 comenzó una campaña mediática perfectamente orquestada contra el llamado vicio dorado de los cabarets. Los argumentos eran de orden moral, sin apenas diferencias cualitativas entre la prensa comunista o anarquista, siendo equiparados con centros de prostitución y espionaje donde se refugiaban los emboscados de la retaguardia.
“Por encima de todas las trabas burocráticas y en un plazo brevísimo, deben estar movilizados todos los hombres y mujeres útiles para emplear sus actividades en aquellos trabajos que interesen directamente a la guerra. Para este efecto, exigimos que se paralicen por tiempo ilimitado todas las actividades inútiles o no necesarias pura la guerra, y de manera especial los bailes, cabarets y demás diversiones, que constituyen un escarnio para los que se baten en los parapetos..”7

Esta atmósfera enrarecida, favoreció que poco a poco se fuera imponiendo la censura, restringiéndose el número de días y el horario en que podían exhibirse espectáculos de variedades. Lejos de solucionarse los problemas, aumentaba el paro en el sector; por cada cabaret que se cerraba se abrían varios prostíbulos, y no pocos artistas y pequeñas orquestas emigraron al sur de Francia, donde eran bien recibidas.
A este panorama se añadieron las redadas en los locales del barrio Chino, a la caza y captura de indeseables. Estas razzias se intensificaron a partir de junio de 1937, tras la derrota de los anarquistas en las calles de Barcelona, cuando los comunistas controlaban ya las tareas de vigilancia y seguridad. Ser artista homosexual y estar en paro -sin cédula de trabajo-, suponía verse abocado a la prostitución y, con ello, la posibilidad de ser arrestado y trasladado al frente o a los batallones de fortificación.
“No, no se ha logrado toda la labor depuradora de la retaguardia [..] Insistiremos. Mujerucas, menores, invertidos, pseudo artistas… Poco elemento sano, aunque lo hay. El resto, retaguardia indiferente e intolerable. Insistiremos. ¡No podemos más! Ahoga aquella atmósfera! Risotadas, obscenidades, gestos equívocos, féminas de vida lamentable..”8
Allá por el mes de junio de 1937 la situación era insostenible, y el temor a un cierre de los cabarets se extendía tras confirmarse lo sucedido en Madrid o en Valencia, donde se había decretado el cierre gubernativo. Al parecer la chispa prendió tras la sustitución de las sesiones de variedades en el Circo Barcelonés, por una compañía de teatro experimental. Hubo algún intento de negociación para solucionar el conflicto, e incluso intentó mediar el anarco-federal Eduardo Barriobero, un firme defensor de la máxima de Rabelais: amor y voluntad son ley.
Los artistas de la sección de Circo y Variedades del SUEP, trataron de responder a las críticas de sus compañeros argumentando que cobraban menos que las compañeras que actuaban en los cines; y recordando que eran la sección que más dinero recaudaba, especialmente en las frecuentes giras benéficas por los pueblos de la retaguardia, donde actuaban de forma gratuita.
Ante la imposibilidad de solucionarlo por vías internas, llegaron a convocar una asamblea en el Teatro Apolo para informar al resto del gremio, pero se les negó permiso para usar el local. No les quedaba otra.
A finales de agosto de 1937, canzonetistas, bailarinas, rumbistas, coristas y tanguistas, decidieron reunirse en una plaza del centro de la ciudad y declararse en huelga.
“..Queremos que se nos considere como lo que somos, la base del espectáculo y que se nos tenga todas las consideraciones y se nos concedan todas las prerrogativas a que ello nos da derecho, ya que sin nosotros no hay espectáculo posible..”9
En el Comité Económico de Music-Halls controlado por el SUEP, no salían de su asombro ante la paralización de buena parte de los cabarets de la ciudad. Los que sí reaccionaron, y de malas, fueron las autoridades de la Dirección General de Trabajo, que les obligaron a desistir amenazando con declarar el paro como huelga contra-revolucionaria. Evidentemente sabían lo que eso significaba y volvieron al trabajo, pero los problemas no hicieron sino empeorar en los meses siguientes, con más redadas policiales y cierres de establecimientos.
La suerte de todas estas artistas de variedades debió correr en paralelo a la lenta agonía que sufrieron La Criolla o Can Sagristà, Wu-Li-Chang desde 1934. Aunque no existen datos sobre su funcionamiento durante la guerra, por descarte, sabemos que quedaron bajo la tutela de la Federación de Espectáculos de la UGT.
Sea como fuese, la historia de uno de estos míticos cabarets especializados en travestis como fue La Criolla o Can Sagristà, alrededor de los cuales se fraguó la leyenda del barrio Chino, terminó un 24 de septiembre de 1938, como consecuencia de un bombardeo que afectó gravemente ambos inmuebles.
Llegados al final, y con la perspectiva que nos da el tiempo, da que pensar que aun siga sin hacerse aquel ejercicio de sana auto-crítica, que reconozca las cuentas históricas pendientes entre los homosexuales y el anarquismo, una filosofía política donde -en principio- no está reservado el derecho de admisión.
NOTAS:
- 1BUESO: Recuerdos de un cenetista II. De la Segunda República al final de la Guerra Civil. Ariel, Barcelona, 1978, pp. 79-81. Pierre MacOrlan, escritor francés, fue quien mejor reflejó el ambiente de la calle del Cid. Por otro lado, Domenec de Bellmunt solía hacer referencia a personajes del barrio, ..“rara aventura de Monsieur Julien amb una beutat bruna, suggestiva i anònima que coneix al cabaret Excelsior. Aquest fet intrascendent, precedir d’una visita nocturna al Barri Xinès, serveix al narrador per a oferir-nos un seguir de peripecies..”, Llegint L’Angel Bohemi, per Domenec de Bellmunt: La Humanitat 11-05-1935. Ver, La Rambla 27-02-1933; Última Hora 20-01-1936. También, Planes: Els Gansters de Barcelona. Ed. Proa, Barcelona, 2002; VV.AA: Fuera de la ley Vol. 2. Pistoleros, Revolucionarios y Noctámbulos. Los bajos fondos en España [1923-1936]. Madrid, La Felguera Editores, 2017.
- 1bis La CAMPANA de Gracia 12-09-1931..
- 2ARMAND, Emile: Lo que queremos los anarcoindividualistas. Revista Iniciales, enero-mayo 1935. También, Martínez Rizo: El Barrio chino al desnudo. Ed. Bistagne, Barcelona, 1931. Ver también, Aisa Pampols: Estimat carrer Aurora. Histories inacabades d’un indret de Barcelona. Col·lecció histories del Raval, Barcelona, 2017.
- 3CRÓNICA 10-03-1935. El Mamarratxo era un tipo clásico del Carnaval, que representaba a una especie de vagabundo que adornaba su indumentaria con objetos obsoletos y dispares que portaba sobre su cuerpo, como un paraguas roto, una jaula, antenas, etc…También, La Rambla 02-04-1934; El Mirador 19-04-1934; La Humanitat 06-03-1935; Última Hora 25-10-1935.
- 3bisEROLES: La Humanitat 19-05-1938.
- 4CRÓNICA 08-04-1933.
- 4bisVIRALÓ, Esteban: Destino 08-10-1939. En marzo de 1934 había seis travestis de La Criolla, detenidos en el buque Uruguay, habilitado como prisión flotante en el puerto. Ver, Subrat: Invertidos y rompepatrias. Marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el estado español [1868-1982]. Editorial Imperdible, 2019, pp. 74-78. También, La Publicitat 04 al 11-04-1934; El Diluvio 11-09-1936; Solidaridad Obrera 16-08, 22-10-1936.
- 5NOTA del Sindicato Único del ramo de Espectáculos. Comité económico de Music-Halls; El Diluvio 22-11-1936. En uno de los centros de detención administrados por la CNT, se cita a un cantador de tangos cuyo nombre era Cherri o Xerri, artista de variedades del SUEP englobado en varias caravanas de artistas que salieron para el frente desde septiembre. Se dice que luego fue teniente. Ver, Pons Prades: Realidades de la Guerra Civil. Mitos no, ¡hechos!. La Esfera de los libros, Madrid, 2005, pp. 201-03. También, AHN: Pieza cuarta de Barcelona. Checas, FC-Causa General, 1633, Exp. 4; CDMH: PS-Barcelona, 617, 8, 32.
- 6ESPECTÁCULO: Revista del Sindicato de la Industria del Espectáculo-CNT, 10-07-1937. Al principio, el SUEP solo reservó para variedades el Circo Barcelonés; pero desde noviembre de 1936 fueron reabriendo más salas, con un programa de variedades selectas, el cual no acababa de gustar, ..“Era un altre cabaret i feien un fi de festa amb una revista avodevilada que es titulava: Eugenesia, Eugenesia, tienes nombre de mujer!. Sorti un vedetó amb un coro de Boys i comença a cantar: Invertido, invertido, reconozco que lo he sido, pero estoy arrepentido..”, Esquella de la Torratxa 20-08-1937. Ver, Kaminski: Los de Barcelona. Barcelona, Ediciones del Cotal, 1977, pp. 45-46. También, El Diluvio 29-11-1936.
- 7MANIFIESTO del Comité Peninsular de la FAI, en Nuevo Aragón 21-02-1937. El SUEP organizó varias compañías de variedades que salieron de Barcelona hacia el frente desde finales de agosto. La primera encabezada por el agente teatral Pepe Linuesa, que se dirigieron al cuartel de la Columna Durruti en Bujaraloz, donde permanecieron varias semanas. Otra, bajo la dirección artística de Luis Calvo, dio primero algunas representaciones en Caspe, y posteriormente en Barbastro. El PSUC organizó otra tourneè en otoño. Ver, Solidaridad Obrera 25-08-1936; Las Noticias 21 y 26-08, 08 y 12-09-1936; El Diluvio 06-09-1936; La Humanitat 14-10-1936.
- 8FRAGUA Social 13-08-1937. Los fascistas emboscados de la Quinta Columna, más que los cabarets, frecuentaban los bares. Por ejemplo el Negresco del nº 6 de la calle de La Unión, propiedad del Domingo Ribadulla Vidal. Casualmente, en el nº 5 de esa misma calle, estaba la sede de las patrullas de control de la CNT del distrito centro; hasta mayo de 1937, cuando fueron expulsados por los comunistas. También, AHN: Pieza Cuarta de Barcelona. Checas, FC-Causa General, 1633, Exp.4.
- 9La HUELGA de los artistas de Varietès: El Diluvio 27-08-1937. A principios de noviembre, el Comité Económico de Cines decidiría de forma unilateral la supresión de los números de varietès que se ofrecían en los cines como fin de programa, dejando sin trabajo a 120 de las 260 afiliadas de la Sección de Variedades; ..“Cinquanta pessetes i un 10 per 100 per ball, no és pas molt, en aquest temps. Sense comptar que les trepitjades no es paguen.. i les arrambades tampoc. No, no és molt, pero, ¿de que viurien, si un dia els cabarets arribessin a desapareixer?”, Aida Martí: Visita al Cabaret Catalá: Companya 01-09-1937. También, Espectáculo 30-07-1937; El Diluvio 18-05-1937; Las Noticias 23 y 24-08-1937; La Publicitat 24-11-1937; Meridià 29-04-1938.





